Repasamos lo que ha sucedido en una edición marcada por los problemas que han surgido durante una de las grandes pruebas a nivel internacional
La Vuelta a España entra en su fase decisiva con el ambiente más tenso de toda su historia reciente. Las protestas pro-Palestinas se han intensificado durante las últimas etapas, centrando su atención en el equipo Israel-Premier Tech y provocando una serie de interrupciones sin precedentes.
La edición 2025 de la Vuelta ha sido marcada por una sucesión de manifestaciones que han enturbiado el desarrollo normal de la competición. En la etapa 5, manifestantes con pancartas y banderas palestinas bloqueaban la carretera causando que el equipo se ralentizara. En la etapa 11, los agentes tuvieron que neutralizar el tramo final tras una protesta que impidió el cronometrado oficial y dejó la etapa sin vencedor. El día 15 vio una escalada con un manifestante que cruzó la ruta en plena carrera, provocando una caída que involucró al español Javi Romo de Movistar y a otro ciclista.
La tensión alcanzó su punto culminante en la etapa 16, que apenas logró completar 143 km antes de ser recortada por una manifestación que bloqueó la subida final. La organización decidió detener la etapa a solo 8 km de meta. Pese al caos, Egan Bernal (Ineos Grenadiers) fue declarado vencedor y Jonas Vingegaard se mantuvo como líder de la general.
La situación no ha quedado solo en el ámbito deportivo. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, expresó su apoyo a la expulsión del equipo Israel-Premier Tech de la carrera, aunque reconoció que no posee facultades para imponer tal medida. Por su parte, el director de la Vuelta, Javier Guillén, calificó las protestas como “ilegales” bajo la ley española y ha rechazado usar la competición como una plataforma política. Guillén reafirmó que “no hay plan B”: la carrera concluirá en Madrid, según lo previsto.
Para proteger a sus corredores, el equipo decidió retirar la palabra Israel de sus maillots, optando por un uniforme monogramado que solo incluía el logo y una "P" estilizada. Aun así, mantuvieron su nombre oficial como Israel-Premier Tech. El equipo defiende su permanencia en la carrera, advirtiendo que retirarse sería sentar un precedente peligroso en el ciclismo.
Con cuatro de las 21 etapas ya disputadas de manera conflictiva, la incertidumbre reina en el pelotón. La organización sigue apostando por cerrar la Vuelta en Madrid sin cambios, mientras que los organizadores advierten que nuevas protestas podrían repetirse en las etapas de montaña y en la llegada final.