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Maquiavelo
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Maquiavelo

Actualizado 09/09/2025 12:59

Hoy he vuelto a leer el Príncipe de Nicolás Maquiavelo. Puedo decir como opinión personal que me resulta el libro más odiado y, a la vez, he de reconocer que es el libro más demandado.

Les resumo lo que, a mi juicio, es más importante de la mencionada obra.

Las palabras deben servir para ocultar los hechos.

El pueblo se deja cautivar por la apariencia y el éxito.

Un hombre que quiere ser bueno, entre tantos que no lo son, labrará su propia ruina.

Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.

Un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas.

La política no tiene relación con la moral.

El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar.

Todo el mundo ve lo que aparentas, pocos conocen lo que realmente eres.

Las minorías no tienen sitio cuando la mayoría tiene donde apoyarse.

El odio se gana tanto por las buenas obras como por las malas.

A estos apartados asocié el narcisismo y la falta de empatía… y si esto se junta en la misma persona nos trae un ser oscuro y eso me pareció el Presidente Sánchez a su regreso de vacaciones en la Mareta.

Es tal la delgadez, arrugas, canas y encorvamiento que creí ver al dios griego Hades, el más temido por los griegos... Homero y Hesíodo lo describían como el dios "sin piedad", "detestable" o "monstruoso"

¿Son las preocupaciones por los numerosos escándalos que afectan a su familia y personas que cercanas las causantes del envejecimiento prematuro?

Tenemos derecho a saber cómo está el Presidente de nuestra nación. En EE. UU. es ya una tradición someterse a un chequeo y hacerlo público. Comenzó durante la presidencia de Ronald Reagan, quien, hasta la llegada de Trump, había sido el presidente más viejo en ocupar la Casa Blanca.

El estado de salud de Reagan se convirtió en una preocupación para muchos por varios motivos: había sufrido un atentado que casi acaba con su vida en 1981 y tenía un diagnóstico de cáncer que le llevó a someterse a una cirugía de colon. En esas circunstancias, la realización de controles médicos y su divulgación pública se convirtió en una estrategia para tranquilizar a la opinión pública estadounidense a fin de saber si la persona que rige la nación más importante del mundo está capacitada para hacerlo. No obstante falta que les hagan un examen psicológico, es muy importante saber las condiciones mentales de la persona que rige la nación.

Analicé algunos rasgos. Seguro que es una persona narcisista: mostrando una autoimagen grandiosa, orgullo, egoísmo y falta de empatía. Busca constantemente admiración y tiende a menospreciar a los demás. Y claro El Príncipe viene como anillo al dedo. El maquiavelismo se caracteriza por manipulación, cinismo y ausencia de principios éticos. Ven a los demás como medios para lograr sus fines y justifican cualquier acción si les beneficia. Pueden cambiar de opinión…pero nunca mienten ¡Ojo son sus palabras!

¿Está enfermo Sanchez? Y si es así porque los españoles no sabemos a qué viene ese cambio físico tan acentuado. Dónde quedó aquel chico guaperas que un día llegó a Ferraz y luego a la Moncloa. De aquel Sánchez sólo quedan huesos perceptibles bajo una piel acartonada, venas marcadas y signos de artrosis en sus manos.

Más que delgado, Pedro está enjuto. Las lenguas con y sin doble filo dicen que es postureo, que pretende dar pena, que es puro teatro, a ver si de esa forma, hablando de su aspecto, el personal se olvida de Cerdán, de Begoña, de Ábalos, de Koldo, del tito Berni, del Fiscal General del Estado, del hermano músico…

No se trata de una mera cuestión de estética. La imagen actual refleja, debilidad, precisamente en un momento en el que necesita más que nunca mostrar autoridad. Y esta no pasa por repetir hasta la saciedad que se queda, que no tiene intención de arrojar la toalla. Señor Presidente lo que debe hacer es gobernar y hacerlo democráticamente.

No olvide que Maquiavelo no logró recuperar la benevolencia de la familia Medici y su final fue morir en la pobreza y olvido. ¿Karma?

A pesar de tener ideales muy diferentes de los suyos, sinceramente le deseo que vuelva a ser el Pedro de hace ocho años.

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