Novillada en la que se lidiaron dos novillos del hierro de Ignacio López Chaves, manejables, y dos más de los hierros de Tabernero de Pinto y Agustínez, mansos que dificultaron el lucimiento. El novillero Noel García no tuvo la tarde con los aceros
Intensa tarde taurina la que se ha vivido este sábado en Mieza con motivo de sus fiestas de las Madrinas en honor a la Virgen del Árbol, y en la que se celebró una novillada con la actuación de los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca, Emilio García Torres y Noel García, además de una divertida capea para disfrute de los aficionados.
En la novillada se lidiaron dos novillos de Ignacio López Chaves, manejables, y dos más de los hierros de Tabernero de Pinto y Agustínez, mansos y desrazados, y que dificultaron el lucimiento de los toreros, poniéndolos a ambos a prueba y cuyo examen aprobaron, pues la dificultad de ambos astados no era menor.
Emilio García Torres no estuvo en su primero, un novillo con cara y con el que novillero no estuvo a la altura, toreó con ambas manos, mejor por el pitón derecho, pero no se acopló nunca a la embestida del novillo. Mató de media en buen sitio tras dos pinchazos sin soltar. Aplausos en el arrastre para el novillo y silencio para el torero. Pero Emilio García-Torres no quería irse de Mieza de vacío. En su segundo, tercero de la tarde, le puso más ganas a pesar de tener delante a un manso de Tabernero de Pinto descastado, manso y acalambrado, comenzando la faena de muleta tras una larga cambiada con el capote, lo único destacable con el toreo de capa. Meritoria faena con la muleta que García Torres brindaba al público; y aunque le fue imposible ligar dos pases, le echó ganas y coraje, jugándose por momentos el revolcón, lo que supo agradecer el público. Mató de una estocada hasta la bola, en buen sitio aunque ligeramente atravesada, lo que de por sí valía una oreja. Finalmente, a petición del público, paseó dos apéndices, logrando así salir a hombros de la plaza de Mieza.
Noel García, en su primero, tuvo un buen novillo de Ignacio López Chaves, manejable, noble y repetidor. Estuvo bien en el toreo a la verónica y comenzó la faena de muleta con unos bonitos trincherazos que presagiaban lo mejor tras haber brindado al público, pero fue una faena más a menos, que se fue desluciendo conforme el novillo iba perdiendo fuelle, aunque logró alguna serie de mérito con la mano izquierda. El fallo con los aceros le impidieron cortar al menos una oreja. Aplausos para el novillo en el arrastre y ovación para el novillero. En su segundo, cuarto de la tarde y del hierro de Agustínez, el lucimiento resultó imposible ante un manso de principio a fin, con la dificultad añadida de templar la embestida, con la cara en alto y topando por el pintón derecho y buscando la verdad. Por el izquierdo no tragó un muletazo. Noel García estuvo voluntarioso, entregado y valiente, pero “lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”, que diría Rafael Guerra. De nuevo, Noel García no tenía la tarde con la espada. Pitos para el novillo en el arrastre y silencio para el novillero.
Finalizada la novillada, los aficionados pudieron disfrutar de una excelente vaca con el hierro de Tabernero de Pinto y con la que se atrevieron varias mozas al alimón, así como mozos que dieron todo un recital de saltos, quiebros y recortes.
Tras una tarde de lo más taurina, el programa festivo continúa esta noche en Mieza con la macrodiscoteca móvil Pandora. Mañana domingo la programación ofrece el segundo festejo taurino de las fiestas, un encierro o capea en la calle, con un novillo y tres vacas de la ganadería de Ignacio López Chaves. Ya por la tarde se celebrará una capea amenizada por la charanga ‘Helmantica’. Y pasada la media noche, verbena con la orquesta Voodoo Show.