El Colegio de Veterinarios de Salamanca reivindica su papel crucial en salud pública y seguridad alimentaria
El Colegio de Veterinarios de Salamanca sobre la profesión en la salud pública y la seguridad alimentaria, más allá de la clínica
El objetivo del Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca es claro y contundente: mostrar a la sociedad la naturaleza poliédrica de una profesión que va mucho más allá de la imagen tradicional del clínico que atiende a las mascotas. Se trata de una reivindicación de su papel como pilar esencial de la salud pública, la seguridad alimentaria y el equilibrio del mundo rural.
La misión principal en Salamaq es romper estereotipos. "La gente nos tiene englobados como los que curamos animales, sobre todo en las clínicas", explica Antonio Rubio Blasco, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca. Por ello, buscan visibilizar áreas de un impacto social incalculable. "Hay aspectos como la salud pública, la seguridad alimentaria, la investigación y la docencia que no se contemplan", lamenta. Para entender esta importancia, pone sobre la mesa un dato demoledor: "hasta el 60% de las enfermedades infecciosas de las personas tienen origen animal".
Esta cifra convierte al veterinario en el primer y más crucial guardián de la salud humana. "Con los filtros que se hacen tanto en animales de producción como en la seguridad alimentaria, en las industrias cárnicas o lácteas, evitamos varias zoonosis, enfermedades que se transmiten a las personas", detalla Rubio Blasco. En un entorno como Salamaq, donde el sector ganadero es protagonista, este mensaje cobra especial relevancia, destacando al veterinario rural como "el primer filtro sanitario".
IVA y reconocimiento sanitario
Más allá de los debates académicos, la profesión veterinaria afronta dos grandes luchas que consideran de justicia. La primera es su inclusión plena en el Sistema Nacional de Salud. Rubio Blasco es contundente: "Pretendemos estar incluidos dentro del sistema, puesto que ahí están médicos, farmacéuticos, enfermeros, biólogos, químicos, físicos, y no hay veterinarios, algo que nos parece imperdonable". Aunque se ha abierto una pequeña puerta con su participación en la Agencia Estatal de Salud Pública, la reivindicación sigue siendo una prioridad.
La segunda batalla se libra en el frente fiscal. El sector clama por una reducción del tipo impositivo que grava sus servicios, actualmente en el 21% de IVA. "Es una barbaridad. Queremos que esos centros se cataloguen como sanitarios, puesto que la profesión es sanitaria", defiende. La comparación con otras profesiones del ramo evidencia el agravio: "los odontólogos o los médicos tienen, algunos, el 0% de IVA, y pretendemos que se reduzca".
El veterinario rural como motor de futuro para Salamanca
Mirando hacia el futuro de la provincia, Antonio Rubio Blasco identifica una figura clave: el veterinario de campo. Reforzar su papel no es solo una cuestión profesional, sino una estrategia integral para el desarrollo. "Se tendría que reforzar el veterinario de explotación, que es una forma también de fijar población en el ámbito rural", propone, conectando su profesión con la lucha contra la despoblación.
Esta visión se entrelaza con la defensa de un modelo productivo sostenible. "Promocionaría mucho la ganadería extensiva, que en Salamanca es primordial", añade Rubio Blasco. Este modelo, además de su valor económico, tiene un impacto medioambiental directo: los animales "se comen el pasto, con lo cual van limpiando y habría menos posibilidades de incendios". Un mensaje de futuro lanzado desde el corazón de Salamaq, que demuestra que la salud de los animales y la de las personas son, en realidad, una misma y única salud.
El nuevo grado de la USAL
Uno de los temas que el Colegio está abordando es la inminente implantación del grado de Veterinaria en la Universidad de Salamanca (USAL). "Hay 14 o 15 en España, es una barbaridad", afirma Rubio Blasco, quien ofrece una comparativa elocuente: "entre Francia, Holanda y Alemania tienen 10".
Sin embargo, con la decisión ya en firme, la estrategia ha virado hacia el pragmatismo. "Una vez que se va a implantar, lo que intentamos es optimizar todo lo más posible y que se beneficie el sector veterinario y agroganadero de Salamanca", asegura.
