Javier Castaño, que firmó los pasajes de toreo más caro, se marchó a pie en su despedida de la afición de Salamanca por el mal uso de los aceros. Damián Castaño cortó las dos orejas a un extraordinario ejemplar, mientras que Ismael Martín tiró de raza para no quedarse atrás.
El segundo festejo del abono de la Feria Taurina de Guijuelo tuvo como protagonistas a Javier Castaño, Damián Castaño e Ismael Martín, que se enfrentaron a un impresionante y cuajado encierro de José Enrique Fraile de Valdefresno. Cartel íntegramente salmantino que despertó expectación en la villa chacinera por sus múltiples alicientes, destacando la despedida de la afición salmantina del torero Javier Castaño.
Fue precisamente él, el mayor de los Castaño, quien firmó los muletazos de mayor profundidad de toda la tarde en el cuarto capítulo de la función frente a un toro ensabanado de José Enrique Fraile de Valdefresno que embistió de dulce, sobre todo por el pitón izquierdo. Fue por ahí por donde Javier se asentó y se ajustó en un par de tandas de naturales que fueron lo de mayor poso de la tarde. Con el triunfo en la mano se atascó con el descabello y todo quedó en una ovación.
Sí salieron en hombros Damián Castaño, que se llevó el premio gordo de la tarde en el apartado ganadero, e Ismael Martín, que se mostró brillante en los tercios de banderillas, en especial de la moviola en el último de la corrida, y se metió en terrenos muy comprometidos con el sexto para levantar una faena que hasta ese momento había tenido mucho mérito pero poca emoción por la escasa fortaleza del toro, que además pareció lastimarse en un pase cambiado en el inicio del trasteo. En cercanías se movió como pez en el agua el de Cantalpino para robar muletazos de corto recorrido pero mucho temple. Pese al pinchazo, el público insistió para premiarle con las dos orejas como recompensa a su entrega toda la tarde.
Dentro de un interesante conjunto, el toro de la corrida fue sin duda el segundo, 'Cigarro', un gran ejemplar de José Enrique Fraile de Valdefresno. Más bajo que sus hermanos pero tremendamente ofensivo por delante, se empleó con bravura, fijeza y codicia en las telas de un enfibrado Damián Castaño, que aprovechó esas virtudes para firmar tandas de muletazos emotivas en una faena de corto metraje pero intensa. Apenas cinco tandas, cuatro a derechas y una a izquierdas, en las que quedó patente la excelente condición del astado, que tenía otra faena en su interior. Incomprensible que no se le diese la vuelta al ruedo al toro.
Al final de las más de dos horas de espectáculo, Damián e Ismael en hombros por la Puerta Grande, a pie Javier Castaño en su agridulce despedida de la afición salmantina y la sensación de que el mayor triunfo de la tarde fue para el ganadero por la importancia de la corrida lidiada esta tarde en Guijuelo tanto en presentación como en juego pese a que se le castigó excesivamente en algunos tercios de varas.
PRIMER TORO
Javier Castaño fue obligado a saludar una ovación desde el tercio antes de dar comienzo el festejo. Aplaudido de salida el impresionante primero de la tarde, alto y con mucho volumen. Se ensañó Pepe Benítez con el de José Enrique Fraile de Valdefresno en el tercio de varas. Brindó Javier Castaño a su madre su primera faena, que comenzó con mucha suavidad.
Apenas le duró una serie 'Pitufo' a Javier Castaño, debido a una lesión que le impidió embestir con franqueza. Le buscó las vueltas el torero pero fue imposible el lucimiento.
SEGUNDO TORO
Con una larga cambiada y varias verónicas un saludo Damián Castaño al segundo, más bajo que el anterior pero también muy ofensivo. Brindó el pequeño de los hermanos a Javier antes de un comienzo poderoso sacándose el toro a los medios. Ahí le dio distancia Damián a 'Cigarro', que embistió siempre con transmisión, humillado y con codicia. Las series por el pitón derecho tuvieron ritmo y emoción.
Al natural no hubo tanto acople entre toro y torero. Faena breve de Damián Castaño frente al bravo ejemplar de José Enrique Fraile de Valdefresno, que no perdonó ni una duda. Mató de estocada caída y cortó las dos orejas.
TERCER TORO
Variado con el capote Ismael Martín frente al serio tercero, que también fue ovacionado de salida, y al que saludó de rodillas con una larga cambiada. El quite toreando a la verónica tras el tercio de varas tuvo ritmo y temple. El tercio de banderillas protagonizado por el salmantino puso la plaza boca abajo. Tres pares de perfecta colocación, con un pleno dominio de los terrenos y sobrado de facultades.
Brindó a Javier Castaño el torero de Cantalpino, que desarrolló su faena en los medios frente a un toro que tuvo movilidad y ritmo aunque siempre embistió con el pitón de fuera, desluciendo los muletazos de un firme y asentado Ismael Martín. Hubo ligazón y limpieza en la labor del charro, entendiendo a la perfección a un astado que de mitad de faena en adelante salió más desentendido de las telas. Se atascó con la espada y perdió el triunfo.
CUARTO TORO
De menos presencia el ensabanado cuarto, con el que no pudo estirarse a la verónica Javier Castaño. Se empleó en varas 'Langosto', metiendo los riñones en el caballo montado por Rafael Galán. Brindó su último toro en la provincia de Salamanca a su hermano Sergio, fiel escudero y mozo de espadas la mayor parte de su carrera.
Comenzó por alto la faena Javier, muy torero, sin quebrantar al noble animal. Al natural se relajó Castaño en series templadas y con ligazón frente a una embestida muy dulce. Por el pitón derecho también se acopló el charro en series de muletazos de trazo largo en las que no se cansó de embestir el de José Enrique Fraile de Valdefresno. En los mismos medios se tiró sobre el morrillo Javier Castaño para enterrar el acero y dejar una estocada contraria que fue el preámbulo de un auténtico atragantón con el descabello.
QUINTO TORO
Con trapío, hondo y musculado el quinto de función, que recibió un soberano puyazo en el caballo montado por Adrián Majada, que ejecutó la suerte a la perfección. Emotivo brindis de Damián Castaño a su madre, presente en el tendido 1.
Por doblones muy poderosos comenzó el torero salmantino una valiente y breve faena frente a un astado que siempre acudió muy dormido al embroque, con peligro sordo. Cuando Castaño lo llevó tapado en el viaje, el de José Enrique Fraile de Valdefresno se empleó con transmisión, humillando y con más recorrido. Mató de estocada corta delantera y varios golpes de verduguillo.
SEXTO TORO
Se fajó Ismael Martín de salida con el ofensivo sexto, toreando genuflexo a la verónica en un recibo vibrante en el que llegó toreando hasta los medios. Blandeó el de José Enrique Fraile de Valdefresno tras un largo castigo en el caballo de picar. Alboroto tremendo de Ismael Martín en banderillas, con la plaza en pie gritando '¡Torero, torero!' tras un último par de la moviola clavando en la misma cara del astado.
A los medios se fue a brindar al público el de Cantalpino. Desde allí mismo comenzó su faena de muleta con un cambiado por la espalda en el que el animal mostró su prontitud al mismo tiempo que pareció descordarse. Apenas pudo mantenerse en pie el de José Enrique y todo estuvo carente de emoción pese a los múltiples esfuerzos de un firme y asentado Ismael Martín, que a regañadientes robó algún muletazo de buen corte. El final de faena en cercanías fue de una autoridad apabullante, con el astado respondiendo bien ante los muletazos de más corto viaje. Muy valiente Martín, dejándose llegar los dos puñales del toro al pecho. Se tiró recto como una vela a matar pero encontró hueso en el primer encuentro. La estocada en el segundo intento fue de libro. El público pidió con insistencia a las dos orejas y el palco las concedió.
Plaza de toros de Guijuelo. Tres cuartos de entrada. Toros de José Enrique Fraile de Valdefresno, de extraordinaria presentación, serios, con trapío y cuajo. El segundo, extraordinario, ovacionado en el arrastre. El cuarto, también muy bueno y con calidad, ovacionado en el arrastre. El tercero, noble, y quinto, con transmisión y encastado, también fueron aplaudidos en el arrastre. El sexto fue muy noble y con calidad pero apenas se mantuvo en pie. El primero, más parado, el de menos opciones.
Javier Castaño: silencio y ovación tras aviso
Damián Castaño: dos orejas y silencio
Ismael Martín: ovación y dos orejas
FOTOS: Pablo Angular