Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el fenómeno se mantendrá, al menos, hasta el fin de semana
La ola de calor que azota buena parte del país está dejando noches tropicales en Salamanca que dificultan el descanso. Lejos de aliviarse, las altas temperaturas nocturnas —que en algunos casos no bajan de los 22 grados— están generando problemas de sueño generalizados entre los salmantinos, con efectos directos en la salud y el bienestar diario.
La situación no es exclusiva de la provincia: España acumula ya más de una decena de días consecutivos bajo una masa de aire cálido que ha extendido las temperaturas extremas incluso en las horas más frescas del día. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el fenómeno se mantendrá, al menos, hasta el fin de semana.
Según expertos en medicina del sueño, el cuerpo humano requiere reducir su temperatura interna para iniciar el descanso profundo. Sin embargo, cuando el entorno permanece cálido incluso de madrugada, ese proceso se interrumpe.
"Si no hay un descenso térmico, el cuerpo no activa correctamente la producción de melatonina, la hormona del sueño", explican desde el Instituto del Sueño. Además, el calor provoca lo que se conocen como microdespertares, interrupciones breves pero frecuentes que impiden alcanzar fases de sueño reparador.
Frente a este escenario, los especialistas recomiendan una serie de medidas sencillas pero efectivas:
Ducha templada antes de dormir: ayuda a reducir gradualmente la temperatura corporal, sin el efecto rebote que puede provocar una ducha fría.
Ventilación selectiva: mantener persianas bajadas durante el día y ventilar solo por la noche, cuando la temperatura exterior lo permita.
Método del “ventilador?hielo”: colocar una botella de agua congelada o una toalla húmeda frente al ventilador mejora la sensación térmica en la habitación.
Ropa de cama ligera y natural: optar por tejidos como algodón o lino, que favorecen la transpiración.
Cena ligera y sin alcohol: evitar comidas pesadas o muy condimentadas y mantener una buena hidratación a lo largo del día.
Reducir el uso de pantallas al menos una hora antes de acostarse para favorecer la liberación natural de melatonina.
Enfriamiento localizado: aplicar compresas frías en cuello, axilas o muñecas puede ayudar a inducir el sueño más rápidamente.
Aunque las condiciones meteorológicas son determinantes, los especialistas insisten en que el verano no debería ser excusa para descuidar los hábitos de sueño. "Hay margen para adaptar el entorno y nuestra rutina. Dormir mal durante varios días seguidos tiene consecuencias en la concentración, el estado de ánimo y el sistema inmunológico", advierten.
Con Salamanca enfrentando noches cada vez más cálidas —y un número creciente de "noches tropicales" cada año—, los expertos aconsejan adoptar estos hábitos como una nueva normalidad estival.