Finalmente se quedó una noche tranquila para disfrutar de un show de unas tres horas de duración
Exactamente a las 2.15 horas de la madrugada del martes al miércoles concluyó de forma oficial el Martes Mayor 2025 de Ciudad Rodrigo, una vez finalizó el ‘2º bis’ del Grupo Cougar, la formación segoviana encargada de poner el broche a una larguísima jornada con un concierto multitudinario en la Plaza Mayor, que comenzó con ‘susto’ venido del cielo.
Después de que en el tramo final de la tarde (entre las 20.00 y las 21.00 horas) cayesen dos chaparrones cortos, pero fuertes (en el marco de una tormenta), el agua volvió a hacer acto de presencia en Ciudad Rodrigo prácticamente coincidiendo con la hora de inicio del concierto, primero en forma de grandes goterones, y posteriormente en forma de lluvia más fina pero más continua, que se extendió los primeros 15-20 minutos del evento.
Eso hizo que se llegase a abrir algún paraguas en la Plaza Mayor por parte de los espectadores más precavidos que, viendo la noche, los llevaron para no mojarse bajo ningún concepto (algún otro llevó chubasquero). Por el contrario, a la mayoría de jóvenes presentes ‘les dio igual’, arremolinándose en torno al escenario –con pasarela incluida-, de grandes dimensiones, tantas que apenas quedaron pequeños huecos –en un día de tanto ajetreo- para transitar a sus dos laterales (para pasar a la Rúa del Sol únicamente la acera y aún menos –solo cabía una persona- para pasar a la calle San Juan).
Especialmente esos jóvenes, y en conjunto todos los congregados en el ágora, disfrutaron de un concierto de unas tres horas de duración (sin interrupciones), en el que el Grupo Cougar ofreció un repertorio muy variado para dar el último ‘arañazo’ del Martes Mayor 2025, según el claim (Los del arañazo) del propio Grupo, cuyo nombre significa puma en castellano.
Al igual que se hizo en el concierto de cierre del Martes Chico, durante la velada se soltaron desde el escenario dos pelotas moradas con el lema No es No, pertenecientes a la Campaña contra la violencia de género, con la que el público estuvo jugando bastantes minutos. Mientras el concierto estaba en marcha, los establecimientos de hostelería del ágora fueron poco a poco cerrando sus puertas, tras una maratoniana jornada (en la galería se puede ver el equipo de la Heladería Menta y Limón).
El ‘primer final’ del concierto se produjo a la 1.55 horas, tras lo cual llegó un doble bis, siendo el primero más tranquilo, con pasodoble incluido (que muchos jóvenes se arrancaron a bailar) y Un beso y una flor, pieza durante la cual fueron presentados los componentes del grupo por parte del cantante principal, Pablo Rockrolla, que es “de la tierra”, como apuntaron él mismo y sus compañeros a lo largo de la noche.
El segundo bis fue más cañero, con el Maneras de Vivir como eje, hasta que se dio por finalizado el concierto, momento en el cual el ágora mirobrigense se fue vaciando, bastante lentamente, porque, tras la lluvia inicial, y aunque la noche se había quedado un poco más ‘fresca’, la velada seguía siendo bastante calurosa, por lo que había poca prisa para volver a casa.
Los que sí tuvieron algo de 'prisa' fueron la mayoría de jóvenes, ya que pusieron rumbo a los establecimientos de hostelería del centro histórico para terminar de rematar el Martes Mayor. Por cierto, que según el público fue abandonando el ágora, quedó al descubierto la suciedad que se había ido generando, en su mayoría botellas (y todo lo asociado, bolsas, hielos, vasos, etc.) que habían llevado los jóvenes para beber allí mismo.