Esta acción se enmarca en un proyecto nacional para estudiar las amenazas que sufre esta especie vulnerable, como el veneno o las colisiones, y analizar la presencia de tóxicos en su organismo
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León colabora en un ambicioso proyecto de conservación que ha culminado este año con el marcaje mediante dispositivos GPS de cuatro pollos de alimoche en las provincias de León, Salamanca y Zamora. Esta acción forma parte de una estrategia a nivel nacional para proteger al buitre más pequeño de Europa, una especie catalogada como 'vulnerable' en la península ibérica.
El objetivo principal de esta iniciativa, liderada por la organización AMUS-Acción por el Mundo Salvaje, es conocer con precisión el uso del espacio, las rutas migratorias y, fundamentalmente, detectar las principales amenazas que ponen en jaque la supervivencia del alimoche (Neophron pecnopterus).
El alimoche es una de las cuatro especies de buitres presentes en España. Con cerca de 1.500 parejas reproductoras, nuestro país alberga casi la mitad de la población europea, lo que le confiere una responsabilidad crucial en su conservación. A nivel global, la especie está catalogada 'en peligro' y su tendencia poblacional es negativa.
Según la información facilitada por la Consejería, las principales amenazas que enfrenta esta rapaz en territorio peninsular son:
Durante este primer año del proyecto, los esfuerzos en la Comunidad se han centrado en los pollos. Además de los cuatro dispositivos GPS colocados en nidos de León, Salamanca y Zamora, se han tomado muestras biológicas para estudios toxicológicos a un total de seis pollos, ya que algunas parejas lograron sacar adelante dos crías.
La Junta de Castilla y León ha confirmado que el proyecto tendrá continuidad. Para el próximo año, el objetivo es "intentar equipar con dispositivo GPS a un alimoche adulto" en la región, lo que aportará información complementaria sobre el comportamiento de los ejemplares reproductores.
La iniciativa de AMUS no se limita a Castilla y León. El proyecto nacional contempla equipar con GPS a un total de 17 alimoches (12 pollos y 5 adultos) en cinco comunidades autónomas: Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Navarra. Este año ya se ha logrado marcar a 10 pollos y 2 adultos en todo el país.
El seguimiento de estas aves se extenderá durante un período de 3 a 5 años, permitiendo rastrear sus movimientos no solo en España, sino también en sus zonas de invernada en África, gracias a la tecnología GPS.
Una de las vertientes más innovadoras del proyecto es el estudio toxicológico. Las muestras recogidas de todas las aves marcadas se analizarán para detectar la presencia de sustancias nocivas que, aunque menos visibles que una colisión, tienen un gran impacto en las especies necrófagas.
Concretamente, se buscarán tres grupos de tóxicos: metales pesados, antibióticos y antiinflamatorios. El objetivo es evaluar su nivel de peligrosidad y obtener una visión clara de la contaminación silenciosa que afecta a las poblaciones de alimoche a nivel local y nacional.
Este proyecto ha sido posible gracias a una amplia red de colaboración. Cuenta con el apoyo de la Fundación Iberdrola España y el Hawk Mountain Sanctuary. Desde la Consejería se destaca la "excelente labor" de los técnicos y agentes medioambientales de Castilla y León, así como el trabajo indispensable del GRIA-Grupo de Intervención en Altura, que accedió a los nidos para el marcaje, y del Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León en Valladolid, encargado de procesar las muestras biológicas.