Alumnos pertenecientes a las promociones nacidas entre 1970 y 1990, celebraron el pasado sábado un emotivo reencuentro. La jornada, que incluyó a hijos de guardias civiles y otros profesionales que vivieron en el pueblo, recorrió varios establecimientos de la localidad, desde las antiguas escuelas hasta bares y restaurantes
El pasado sábado, 2 de agosto, la localidad de Villar de Peralonso fue escenario de un viaje en el tiempo cargado de emoción y recuerdos. Un total de 36 antiguos alumnos de la escuela del pueblo, pertenecientes a las promociones de nacidos entre los años 1970 y 1990, se reunieron para celebrar una jornada de convivencia y rememorar sus años de infancia.
La cita congregó a compañeros que, en mayor o menor medida, compartieron pupitre en el colegio local. Entre los asistentes se encontraban también hijos de guardias civiles que residieron en el pueblo durante la época en que existía el cuartel de la Guardia Civil, añadiendo una capa más de nostalgia al encuentro.
La tarea de reunir a todos los participantes fue ardua, según han trasladado los organizadores. La localización de muchos de los antiguos compañeros supuso un reto, ya que en numerosos casos no se disponía de contacto a través de redes sociales o teléfonos móviles.
Especialmente compleja fue la búsqueda de aquellos que eran hijos de secretarios, médicos o guardias que habían pasado por el pueblo por motivos laborales y que, con el tiempo, se habían trasladado a otros destinos. El éxito de la convocatoria es un testimonio del fuerte vínculo que les unió durante su etapa escolar.
La jornada festiva, con comida, baile y cena, contó con un programa que se extendió durante todo el día. El punto de partida fue a las 13:00 horas con un emotivo encuentro en las antiguas escuelas del pueblo, el lugar donde todo comenzó.
A continuación, el grupo inició una ronda por los bares de la localidad para abrir el apetito y compartir las primeras anécdotas. La comida de confraternidad tuvo lugar en el Bar Restaurante Zurich, donde los asistentes disfrutaron de una paella y postre.
La tarde continuó con un baile en el bar Gari-golo, permitiendo a los antiguos alumnos revivir momentos de ocio de su juventud. La celebración culminó con una cena-picoteo en el bar Taylor's, poniendo el broche de oro a un día inolvidable de reencuentros y amistad.