La pareja roja se impuso por 30-23 a Galgo IV y Nuevo en un emocionante encuentro que fue alargado en dos ocasiones ante un frontón con buena afluencia de público
Las fiestas en honor a Santa Marina en Villasbuenas llegan a su fin este domingo, 20 de julio, con una jornada que ha combinado la emoción del deporte tradicional con la diversión para toda la familia, demostrando una vez más el carácter participativo que ha marcado cada evento organizado por el Ayuntamiento.
El plato fuerte de la tarde fue el esperado partido de pelota a mano, que congregó a numerosos aficionados en el frontón. Mientras, los más pequeños se convertían en los protagonistas de su propia fiesta con los juegos y carretones instalados delante de las escuelas.
El encuentro estelar enfrentó a la pareja formada por Beobide y Corredera, de rojo, contra Galgo IV y Nuevo, de azul. La emoción fue tal que el partido, inicialmente pactado a 22 tantos, fue alargado primero hasta 25 y, finalmente, hasta 30 para decidir a los ganadores.
Aunque la pareja azul logró mantener el pulso inicial hasta el empate a 11 tantos, a partir de ese momento el dominio rojo fue incontestable. Beobide y Corredera desplegaron su mejor juego, logrando distanciarse hasta en cinco puntos, una ventaja que supieron gestionar y acrecentar en la recta final del partido hasta cerrar el marcador en un definitivo 30-23.
La victoria de la pareja roja se cimentó en la brillante actuación de sus dos componentes. Beobide, en un gran momento de forma, deleitó al público con tantos muy bonitos y decisivos en la delantera. Por su parte, Corredera se mostró imperial en la zaga, devolviendo casi todo lo que le llegaba y contribuyendo también con tantos clave tanto desde su posición como al subir a la delantera.
Diversión para los más pequeños
Simultáneamente al partido de pelota, la diversión estaba asegurada para los niños, padres y madres. Encierros Infantiles Huertos organizó un auténtico acontecimiento en la plazoleta de las escuelas con sus populares juegos de madera y carretones.
La actividad fue un éxito rotundo, culminando con sonoros "¡olés!" del público a los pases que pequeños y mayores ensayaban ante los 'morlacos' de la ganadería de Carlos Huertos, en una tarde que unió a generaciones en torno a la fiesta.
Con la caída de la tarde, el programa festivo continúaba con un campenato de calva, para despedir unas celebraciones que han destacado por su alta participación. La noche pondrá el punto final con el concurso de disfraces en el frontón, el último acto de unas memorables fiestas de Santa Marina.