Las pequeñas y medianas empresas de Salamanca, muchas de ellas centradas en sectores como el comercio, el turismo o los servicios profesionales, manejan datos sensibles a diario: información bancaria, historiales de clientes, bases de datos o accesos a plataformas digitales.
En los últimos años, la ciberseguridad se ha consolidado como un elemento esencial en la gestión empresarial. Las pequeñas y medianas empresas no están al margen de esta realidad. De hecho, 2024 ha supuesto un punto de inflexión: en España, las pérdidas provocadas por ciberataques superaron los 10.000 millones de euros, duplicando las cifras de 2023. Además, más del 25?% de los delitos denunciados estuvieron vinculados a entornos digitales, lo que sitúa al país entre los más afectados del mundo. En este contexto, las PYMEs se han convertido en uno de los objetivos prioritarios de los ciberdelincuentes, debido a su escasa preparación y a la percepción errónea de que son menos atractivas que las grandes corporaciones.
Las pequeñas y medianas empresas de Salamanca, muchas de ellas centradas en sectores como el comercio, el turismo o los servicios profesionales, manejan datos sensibles a diario: información bancaria, historiales de clientes, bases de datos o accesos a plataformas digitales. Sin embargo, buena parte de estos negocios carece de protocolos o herramientas de ciberseguridad adecuados. Esta carencia las expone a riesgos considerables.
Aunque el 62?% de los ciberataques documentados en 2024 afectó a sectores estratégicos como el financiero, el tecnológico o el público, el 70?% se dirigió a PYMEs. La explicación es clara: los atacantes saben que es más fácil acceder a entornos poco protegidos. En el ámbito local, también se han registrado incidentes significativos. En septiembre de 2024, la Universidad Pontificia de Salamanca sufrió un ataque de ransomware que afectó gravemente a su operativa y comunicación interna. Este tipo de episodios evidencia la necesidad de adoptar medidas preventivas de forma inmediata. En este sentido, contar con una empresa de ciberseguridad en Salamanca resulta determinante para garantizar la protección de los activos digitales y la continuidad del negocio.
Los riesgos digitales evolucionan con rapidez, y el desconocimiento de las amenazas más frecuentes sigue siendo uno de los mayores desafíos. El phishing continúa liderando las estadísticas: en 2024 se notificaron más de 21.500 casos en España, la mayoría dirigidos a empleados mediante correos electrónicos fraudulentos que suplantan identidades conocidas. Le sigue el ransomware, una técnica especialmente dañina que cifra todos los archivos de una organización y exige un rescate económico para su recuperación. Este tipo de ataque ha aumentado de forma notable: el 38?% de las empresas lo sufrió en 2024, frente al 23?% registrado en 2023.
Otras amenazas incluyen la ingeniería social, que explota la confianza del personal para obtener acceso a sistemas internos, o las brechas de datos derivadas de configuraciones erróneas, dispositivos desprotegidos o contraseñas débiles. Lo más preocupante es que, según diversos estudios, solo el 14?% de las PYMEs dispone de herramientas o protocolos efectivos para hacer frente a estas situaciones, a pesar de que representan el 43?% de los objetivos confirmados de ciberataques.
Adoptar medidas básicas de ciberseguridad no implica grandes inversiones ni requiere conocimientos técnicos avanzados. El primer paso es la formación del personal. Sensibilizar a los empleados sobre las amenazas más comunes y enseñarles a reconocer intentos de fraude es fundamental, sobre todo si se tiene en cuenta que el 30?% de las PYMEs considera el phishing su principal preocupación.
Del mismo modo, mantener actualizados los sistemas y antivirus, establecer políticas de contraseñas seguras y activar la autenticación en dos pasos son acciones sencillas que aumentan notablemente el nivel de protección. Realizar copias de seguridad periódicas y almacenar los datos en entornos seguros garantiza una rápida recuperación ante cualquier incidente, especialmente en el caso de infecciones por ransomware.
Finalmente, disponer de un protocolo interno de respuesta ante incidentes puede evitar largas interrupciones del servicio. En muchos casos, estas medidas permiten reducir tiempos de inactividad de más de ocho horas. Si deseas conocer soluciones adaptadas a tu empresa, puedes consultar más información en CiberSafety, donde ofrecen estrategias concretas orientadas a la realidad de las pequeñas y medianas empresas.
Durante 2024, España registró más de 100.000 incidentes de ciberseguridad, un número que podría incrementarse en un 25?% a lo largo de 2025, según las previsiones de los principales organismos de control. La incidencia sobre las PYMEs es especialmente grave: el 60?% de las empresas que sufren un ataque grave acaban cesando su actividad en los meses posteriores, incapaces de asumir las pérdidas económicas, los daños reputacionales o las sanciones legales.
A pesar de este escenario, España se sitúa como uno de los países con mayor capacidad de detección de amenazas a nivel europeo, ocupando el tercer puesto en el ranking de vigilancia digital de la Unión Europea. Este nivel de alerta facilita la identificación de nuevos riesgos, pero también obliga a las empresas a actualizarse y reforzar sus defensas con agilidad.
Invertir en ciberseguridad no solo reduce el riesgo de sufrir un incidente, sino que también refuerza la confianza de los clientes, mejora la imagen de marca y garantiza la continuidad operativa. En un contexto en el que la reputación digital se ha convertido en un activo tan importante como la solvencia económica, contar con sistemas de protección robustos se traduce en una ventaja competitiva real.
Salamanca dispone de proveedores especializados capaces de diseñar soluciones a medida para las PYMEs, desde auditorías técnicas hasta formación específica. Empresas como CiberSafety ayudan a integrar la ciberseguridad como parte de la estrategia empresarial, aportando valor y sostenibilidad a largo plazo. Apostar por la prevención es una decisión responsable, orientada a proteger los recursos, las personas y el futuro del negocio.