Los moralejanos cerraron las celebraciones con un animado encierro y un castillo de fuegos artificiales
Moraleja puso el broche final a las fiestas de San Buenaventura con el cuarto y último encierro, protagonizado por seis novillos de la ganadería extremeña de Carmen Valiente, vecina de la localidad.
La carrera, que transcurrió con rapidez y sin incidentes, se completó en poco más de dos minutos. Los astados realizaron el recorrido en manada, sin separarse en ningún momento, lo que contribuyó a la seguridad de los corredores y al buen desarrollo del encierro. Solo un par de mansos quedaron algo rezagados al perder el ritmo del grupo.
Al término del encierro, se celebró una capea al estilo tradicional en la Plaza de Toros, que, pese al intenso calor del mediodía, contó con gradas llenas y un ambiente festivo. La participación de una vaquilla brindó momentos de emoción y diversión al numeroso público asistente.
Las fiestas concluyeron oficialmente en la noche del martes 15 de julio con un vistoso castillo de fuegos artificiales que iluminó el cielo de Moraleja, poniendo fin a varios días de intensa actividad en las calles del municipio, que han estado abarrotadas prácticamente las 24 horas del día entre toros, música y celebración.