Carbayo denuncia que más de 20 asesinatos de salmantinos por ETA siguen sin resolverse

Salamanca se ha detenido este jueves en un solemne y emotivo acto de homenaje, en la Plaza Mayor, guardando un respetuoso minuto de silencio en memoria de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas del terrorismo.

En el marco del XXVIII Aniversario de su secuestro y asesinato a manos de la banda terrorista ETA, el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, ha presidido un tributo que ha servido no solo para recordar un crimen que conmocionó a España, sino también para reafirmar un triple compromiso inquebrantable: memoria para no olvidar, apoyo incondicional a las víctimas y justicia para cerrar las heridas abiertas.

Las palabras del alcalde han resonado con fuerza, evocando un pasado doloroso pero también un momento de unidad que cambió el rumbo de la historia reciente del país. El acto se convierte, año tras año, en un dique de contención contra el olvido y una reivindicación de los valores democráticos que el terrorismo intentó aniquilar.

Un punto de inflexión llamado 'espíritu de Ermua'

García Carbayo ha transportado a los presentes a aquel fatídico mes de julio de 1997, cuando la vida del joven concejal de Ermua fue utilizada como cruel moneda de cambio por sus captores. "El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco realmente nos impresionó, pero supuso también un punto de inflexión", ha afirmado el regidor. Aquellas 48 horas de angustia nacional, seguidas de la confirmación del vil asesinato, desataron una ola de indignación y repulsa sin precedentes.

Fue entonces cuando nació lo que se conoce como el "espíritu de Ermua", un clamor cívico que trascendió ideologías. "Eso que conocemos como el espíritu de millones y millones de españoles llenando las calles sin miedo, gritando basta ya y mostrando las palmas de las manos", ha recordado Carbayo.

Este movimiento, simbolizado por las manos blancas alzadas, representó la rebelión de una sociedad hastiada de la violencia. "Eso supuso el principio del fin para la banda de criminales", ha sentenciado el alcalde, subrayando que fue la fortaleza de la ciudadanía la que decantó la balanza. "Gracias a eso, nuestra libertad y nuestra democracia vencieron contra las bestias que intentaban terminar con ella".

'Somos memoria': el deber de recordar a 853 asesinados y 7.000 víctimas

Bajo el lema "somos memoria", el homenaje ha puesto el foco en la necesidad de mantener vivo el relato de lo ocurrido para las generaciones futuras. El alcalde ha insistido en que el recuerdo es un acto de justicia en sí mismo. Las cifras, frías pero elocuentes, dan una dimensión de la tragedia: 853 asesinatos y más de 7.000 víctimas, un balance que incluye a miles de heridos con secuelas físicas y psicológicas permanentes.

"Hombres, mujeres y niños que murieron o que fueron heridos y que han quedado con secuelas de un tipo u otro para toda su vida, entre ellos muchos miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado", ha detallado Carbayo. Por este motivo, ha defendido la vigencia y pertinencia de estos actos conmemorativos. "Se merecen nuestro recuerdo para que esto no vuelva a ocurrir, para que todo el mundo sepa lo que pasó en esos años". En su discurso, ha quedado claro que la memoria no es una opción, sino una obligación moral: "La memoria siempre a favor de las víctimas del terrorismo".

El compromiso perenne de Salamanca con sus víctimas

El alcalde también ha querido destacar el papel ejemplar que Salamanca ha desempeñado históricamente en el amparo a las víctimas. "La ciudad de Salamanca siempre ha considerado a las víctimas del terrorismo ejemplares, y siempre ha expresado su cariño, su respaldo y su apoyo", ha declarado con orgullo.

Este compromiso, ha explicado, se ha grabado en la piel de la ciudad a través de homenajes permanentes que sirven como recordatorio diario. García Carbayo ha enumerado algunos de los más significativos, instando a los ciudadanos a reconocerlos como parte de su patrimonio moral. Entre ellos se encuentran la calle Víctimas del Terrorismo, el impactante mural conmemorativo situado en el centro municipal Julián Sánchez 'El Charro', y la glorieta dedicada en honor al coronel Antonio Heredero Gil, salmantino asesinado por ETA en Madrid en 1992. Estos espacios públicos son, en palabras del alcalde, la manifestación física del vínculo indestructible entre la ciudad y la causa de la dignidad y la justicia.

La justicia pendiente: una deuda con más de 20 familias salmantinas

Quizás el momento más contundente de la intervención de Carbayo ha sido su firme denuncia sobre la impunidad que todavía rodea a muchos crímenes terroristas, una herida que sigue supurando en la provincia. "Quiero recordar que más de 20 salmantinos todavía asesinados, todavía no saben sus familias quiénes fueron esos asesinos ni han sido condenados", ha aseverado el alcalde.

Esta declaración pone sobre la mesa una dolorosa realidad: la existencia de cientos de atentados de ETA sin resolver en toda España, una deuda que el Estado de Derecho mantiene con las víctimas. La exigencia de justicia se ha erigido así como el tercer pilar del homenaje, un clamor para que la impunidad no se convierta en la victoria final de los terroristas. Para esas más de veinte familias salmantinas, el duelo sigue incompleto, a la espera de una verdad judicial que les permita cerrar el capítulo más oscuro de sus vidas.

Un futuro construido sobre el recuerdo

El acto ha finalizado con una promesa de continuidad y perseverancia. "Se lo merecen todo y se lo queremos dar todo", ha concluido Carbayo, reafirmando el apoyo total del consistorio. "Que no dejemos de hacer estos actos de reconocimiento, que no se olvide la memoria de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas del terrorismo". El mensaje que Salamanca ha enviado es inequívoco: por la memoria de quienes fueron asesinados, por el apoyo a quienes sobrevivieron y por la justicia que aún se adeuda, la ciudad, como ha rematado el alcalde, estará "siempre al lado de las víctimas del terrorismo".

Foto de Elena Rodríguez