El pregonero será Teófilo del Arco Martín y repiten las orquestas Kronos y La Búsqueda, mientras el Consistorio avanza en la mejora de calles, la eficiencia energética y el Multiusos, y se pone como reto la apertura de un bar y la restauración de la imagen de San Cristóbal
Guadramiro ya cuenta las horas para el inicio de sus esperadas fiestas patronales en honor a San Cristóbal. Del 10 al 14 de julio, la localidad vibrará con un programa que, como explica su alcalde, Albert Calderón, combina las tradiciones más arraigadas con novedades pensadas para el disfrute de todos los vecinos y visitantes. En una conversación con este periódico, el regidor no solo desgrana los actos festivos, sino que también repasa los proyectos municipales del último año y los desafíos que afronta el pueblo, entre los que destaca la futura restauración de su joya patrimonial: la imagen de San Cristóbal.
“Como cada año, en el inicio del verano, la fiesta es muy esperada, la gente tiene ganas”, afirma Calderón, subrayando el ambiente de expectación que ya se respira en el municipio.
El programa festivo de este 2025 mantiene la estructura que tan bien ha funcionado en años anteriores, pero consolidando la que fue la gran sorpresa del año pasado: la fiesta de disfraces. “Yo es lo que más destacaría, porque todo el pueblo disfrutó mucho disfrazado y en armonía”, señala el alcalde. El éxito fue tal que ha obligado a reajustar el calendario, desplazando el tradicional partido de pelota a mano al domingo para dar todo el protagonismo del sábado a los disfraces, el desfile y la charanga.
La principal novedad de este año es la recuperación del tren que recorre las calles, una atracción que “hace años se traía siempre y no se había vuelto a traer”. El encargado de dar el pistoletazo de salida a las celebraciones será Teófilo del Arco Martín, un "hijo del pueblo" residente en Mallorca pero muy vinculado a sus raíces, mientras que el cargo de mayordomo recae este año en el joven Álvaro Borrego Chico. En el apartado musical, el público podrá disfrutar de nuevo con las orquestas Kronos y La Búsqueda, que tan buen sabor de boca dejaron el año pasado. La nota tradicional la pondrá el grupo Arraigo, que actuará en la misa y el pasacalles. Por supuesto, no faltarán los hinchables y carretones de Carlos Huertos para el disfrute de los más pequeños, completando una oferta para todos los públicos.
Más allá de la inminente celebración, el alcalde Albert Calderón pone el foco en un objetivo patrimonial de gran envergadura: “Otro de los retos que tenemos es restaurar la imagen de San Cristóbal, que está muy deteriorada”.
Se trata de una pieza de un valor histórico y artístico excepcional, una escultura de casi tres metros de altura tallada en 1585 por el escultor italiano Lucas Mitata sobre un tronco de nogal negro. La recuperación de esta obra se perfila como uno de los proyectos más importantes para la conservación del legado cultural de Guadramiro.
Durante el último año, la gestión municipal se ha centrado en proyectos clave para el día a día del pueblo. Destaca la apuesta por la eficiencia energética en el Ayuntamiento, con la instalación de bombas de calor y el cambio de luminarias a tecnología LED. “Al final es la casa de todos”, apunta Calderón.
Asimismo, se ha realizado una importante inversión en el mantenimiento de caminos rurales y, gracias a los Planes Provinciales, está previsto asfaltar “las calles del centro, bastantes alrededor de la iglesia y del entorno de la plaza” justo después de las fiestas.
El Multiusos ‘Villa de Guadramiro’ sigue siendo un proyecto en constante mejora. Tras pintarlo y adecentar el patio, se va a inaugurar un nuevo mural interior del artista Valeriano Salgado. El espacio ya acoge eventos privados y exposiciones, convirtiéndose en un centro neurálgico de la vida social.
El alcalde no elude los problemas que afronta la localidad. En cuanto al suministro de agua, espera que las mejoras en la red desde Cabeza de Horno eviten los problemas de presión de otros veranos, mientras que el proyecto de la nueva depuradora ya está adjudicado.
Sin embargo, el mayor reto social es la falta de un bar desde la pandemia. “Un bar es vital, en un pueblo sin bar todos lo sabemos que cambia la vida”, lamenta Calderón. Anima a que alguien se interese por el local privado existente, pero avanza que el Consistorio ya baraja “adaptar un local municipal en el entorno de la Plaza” para crear un centro social o de jubilados que sirva como punto de encuentro.
Finalmente, Albert Calderón lanza un mensaje a sus vecinos y a todos los que se acerquen a Guadramiro estos días: “Que disfruten, que desconecten y que se conviva como pueblo, que se respete la gente y disfrute al máximo”. Unas palabras que invitan a sumergirse en un programa festivo que, en su opinión, es “completo y con miras a todas las edades”.

