Ciudad Rodrigo rememora su pasado vetón para dar el pistoletazo de salida al verano 2025

Justamente el día ‘menos veraniego’ de las últimas semanas (salvo el jueves pasado, cuando también llovió, pero en menos ocasiones), Ciudad Rodrigo dio la bienvenida oficialmente en la noche del lunes a la época estival 2025, con la clásica celebración de la Noche de San Juan, que tuvo como epicentro la Puerta de Santiago, donde se prendió la tradicional hoguera ante las miradas de personas de todas las edades y a la que también asistió el equipo de gobierno encabezado por el alcalde Marcos Iglesias.

Ese prendido vino precedido de una representación a cargo del Taller de Teatro Intergeneracional del Ayuntamiento que dirige Sergio Cardoso. Después de haber ofrecido en los años anteriores un espectáculo denominado Almafogata, en torno a leyendas clásicas de la Noche de San Juan, en este 2025 se ha apostado por rebuscar en el propio pasado de Ciudad Rodrigo, evocando su cultura vetona.

Así, el montaje de este año quiso rememorar –tras haber investigado sobre ello- los ritos que tenían los vetones en torno a la llegada del verano y el culto al sol. De este modo, los distintos integrantes del Taller, ataviados para la ocasión, adoptaron diferentes papeles (el fuego, el agua, la hechicera, etc.), presentándose poco a poco al público. Para remarcar el tono vetón de la velada, se contó con una reproducción del principal símbolo que se conserva en la ciudad de esa época, el verraco.

Tras haber llevado a cabo la parte principal de la escenificación, hubo una ‘Danza de amor entre el Sol y la Tierra’, a cargo del Centro de Pilates y Danza Tere, tras lo cual se repartieron al público las denominadas ‘Tablillas de los Deseos’, en las cuales pudieron escribir aquellos deseos que querían arrojar a la hoguera. El encargado de arrojarlos fue una persona ‘del público’ a quién le tocó una tablilla dorada, realizándose en torno a él un rito de purificación para completar la escenificación.

Aunque realmente la hoguera había sido encendida incluso antes de comenzar la representación, no acabó por prender hasta que fueron arrojadas esas Tablillas de los Deseos. En ese momento, buena parte de los presentes sacaron sus teléfonos móviles para realizar alguna que otra foto al siempre sagrado fuego de la Noche de San Juan, con el que también se sacaron una foto.

La hoguera en sí no duró demasiado (poco más de diez minutos), tardando asimismo poco en marcharse los congregados en la Puerta de Santiago, donde los últimos en arrojar sus deseos al fuego, ya cuando estaba bajo mínimos, fueron precisamente bomberos y un par de integrantes del cuerpo actoral que no lo habían hecho previamente.

A las 0.30 horas, una hora después de prenderla por primera vez, los Bomberos acabaron con las llamas que todavía quedaban, cuando se podían contar con los dedos de las manos los curiosos que permanecían en la Puerta de Santiago.