La iniciativa solidaria, coordinada por la poeta María Ángeles Pérez López y el activista Ferchu de Castro presenta un hermoso libro solidario a favor de las víctimas de la Guerra de Gaza
La tarde de viernes tórrido con aliento de verano tiene en el interior oscuro y fresco de la Biblioteca Torrente Ballester tristeza, rabia y también, esperanza. La esperanza de que la poesía, el arte, nos salve. Más de un año después del hermoso recital poético, musical y teatral con el que los artistas salmantinos pedían el fin de la guerra en Gaza, la situación sigue sumando muertos y ahora, se convierte en libro solidario su empeño dolorido, para que quede testimonio del horror y de la firme oposición de este grupo de poetas, músicos, actores y artistas gráficos. De ahí la publicación de este libro negro y rojo, los colores de la bandera palestina, con un terrible cuadro que sirve de portada, obra de Félix Orgaz en el que el niño aparece como un cordero muerto, símbolo de las víctimas de una guerra cruel que lejos de aplacarse, parece recrudecerse. Y de ahí la necesidad de decir no, como apunta Ferchu de Castro y ratifica María Ángeles Pérez López. La obligación de hacer frente a una situación injusta, de no cometer el pecado del silencio.
Todos los artistas de han unido en este libro de forma altruista, que Carmen Borrego ha diseñado y maquetado con su proverbial maestría, sin estridencias, con mimo generoso. En él, las imágenes de artistas tan diversos como Dani Martin, el propio Ferchu de Castro, también pintor, José Luis Núñez López, Cris García-Camino, Marlene Quinde, Florencio Maíllo, Ina Casados y la propia Carmen Borrego, ilustran los poemas de más de una treintena de autores que, en la medida de lo posible, han acudido de nuevo a este acto.
Un acto, breve y sobrio, en el que ha vuelto a sonar la música sentida del coro Pilar de la Sota, que instaba al público a no aplaudir, porque no se trata de canciones, sino de plegarias. Un acto, que además de la poesía, ha contado con una muy rigurosa y divulgativa conferencia del historiador y escritor Honorio Cardoso, quien relató el nacimiento del Estado de Israel, construido sobre dos inestables cimientos que nos ha llevado a esta situación dramática,
alentada por la posición judicial de Netanyahu, cabeza de un estado étnico y nacionalista al que le llueven las críticas mientras la lluvia es de fuego y sangre sobre la población palestina. Víctimas y verdugos ante quienes se enarbola la poesía como una bandera: la del poeta Agustín B. Sequeros, recordando las cifras del Armagedón, la de Esmeralda Martín, evocando la “no ciudad, no casa”, la de Amalia Iglesias y Julia Piera, que en un acto de generosidad no leen sus poemas, sino los de las grandes poetas palestinas que pronto se verán publicadas en español; la de Mónica Velasco, que nos hace vivir en un territorio mítico en la noche de la biblia. Poesía que se intercala con música para seguir escuchando las palabras de Elena Díez Santana, y su profundo “cuando se profana lo sagrado”, de Celia Corral y su desgarro en el centro de la razón, tan doloroso como el ocaso de las piedras, de Ferchu de Castro, esa piedra que María Ángeles Pérez López dice que ya no duele mientras voces como la de María Ángeles Gutiérrez Tavera lee el poema de Javier Cartago, o la profesora de árabe Laura Gago recitando en árabe al mayor poeta palestino.
Dice Carmen Borrego que hay que seguir poniendo todos una voz, haciendo lo que cada uno pueda, en la medida de sus posibilidades y donde sea, apostilla Ferchu de Castro. Los poetas, su poesía, como el activista y periodista nuestro Juan Carlos López Pinto, Yordan Arroyo, Nela Escribano… tantas voces… los artistas, su obra, los músicos y el público, su voz en el coro de una cierta alegría. Alegría por saber que se alza, en este espacio hospitalario de la Biblioteca Torrente Ballester, una voz que clama en el desierto. Y los agradecimientos son necesarios: a todos los participantes, a quienes comprarán el libro, publicado con cuidado por Signo y a la venta en las dos librerías que, generosamente, lo distribuirán para que sea comprado por quien quiera aportar esos diez euros que vale el libro y que irán a una organización muy bien elegida para que ayude fundamentalmente a niños y a mujeres, quienes son los que sufren más la infamia de la guerra, como afirma Ferchu de Castro. Librerías salmantinas que son La Nave librería anticuaria y Letras Corsarias, compromiso y afecto solidario, como el que une a los participantes en un acto que hubiéramos querido no realizar. Porque es un grito en contra de una guerra que no cesa, como no cesará la poesía, el arte, la cultura que nos hace humanos y que queremos hacer trinchera solidaria.
Charo Alonso. Fotografía: Carmen Borrego.