Salamanca ofrece una variedad de miradores urbanos para disfrutar de espectaculares atardeceres, unos enclaves permiten contemplar cómo el sol tiñe de ocre la monumental ciudad.
Desde torres históricas hasta rincones menos conocidos, Salamanca ofrece múltiples perspectivas para disfrutar del espectáculo del atardecer sin necesidad de salir de sus límites. Un recorrido por algunos de los mejores puntos para contemplar cómo el sol tiñe de ocre el cielo salmantino, ideales para disfrutar este fin de semana, donde las temperaturas invitarán a disfrutar de estos fenómenos.
La caída del sol en Salamanca es un espectáculo que transforma su piedra dorada en un lienzo de tonos cálidos. Más allá de los paseos habituales, la ciudad esconde y presume de diversos puntos elevados desde los cuales se puede obtener una perspectiva privilegiada de este momento mágico. A continuación, exploramos algunas de estas atalayas urbanas.
Para quienes buscan una panorámica desde el corazón monumental, las torres de los edificios históricos son una opción inmejorable. El ascenso a Ieronimus, las torres medievales de la Catedral, siempre es un acierto. Con una altura que supera los 100 metros, comparable a su torre de campanas, ofrece diferentes puntos de observación durante el recorrido. La entrada se encuentra por la Plaza Juan XXIII y, un dato importante, los domingos de 17:00 a 19:00 horas el acceso es gratuito.
Otra alternativa emblemática es Scala Coeli, las torres de la Clerecía. Previa adquisición de entrada, se asciende por la Escalera del Campanero, unas escaleras de madera que conducen a una vista a la altura de la fachada de la Catedral. Junto a estas opciones, la terraza del Convento de San Esteban también se presenta como un punto elevado para contemplar la ciudad, aunque la información proporcionada no detalla sus características específicas de acceso o vistas para el atardecer.
Junto a la Cueva de Salamanca, en la calle San Pablo, se erige la Torre del Marqués de Villena. Gracias a la instalación de unas escaleras metálicas y una atalaya en su cima, este lugar ofrece ángulos diferentes de la Catedral y el convento de San Esteban. Su acceso es gratuito, convirtiéndolo en un punto céntrico y accesible para disfrutar de unas preciosas vistas urbanas al caer la tarde.
Cruzar el río Tormes por el emblemático Puente Romano abre un abanico de posibilidades para capturar algunas de las mejores estampas de Salamanca, especialmente cuando el sol se pone. Desde esta orilla, la Catedral se refleja en las aguas del río, creando un contraste singular con las luces coloreadas de la Casa Lis a medida que anochece.
El parque del Progreso, situado junto a la iglesia del Arrabal, ofrece una zona tranquila para esta contemplación. Asimismo, el embarcadero cercano al puente de Enrique Estevan puede convertirse en el punto perfecto para observar el atardecer. No hay que olvidar el mirador ubicado en la zona de Vistahermosa, desde donde se puede apreciar una preciosa panorámica de la ciudad bañada por los últimos rayos de sol.
Para quienes buscan una perspectiva diferente y menos concurrida, el conocido como ‘Volcán de Garrido’ es una opción singular. Esta antigua escombrera, transformada hace años por las entidades vecinales del barrio Garrido, se ha convertido en un mirador particular, aunque sin magma ni cráter. Su acceso se encuentra en la avenida de Gonzalo Torrente Ballester, un poco más al norte del parque de los Gozos y las Sombras, y es uno de los observatorios más desconocidos de la ciudad.