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El domingo de las madres
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TANTOS LIBROS POR LEER

El domingo de las madres

Actualizado 29/04/2025 09:55

A finales de los ochenta, la editorial Anagrama, hoy en medio de la polémica a causa de la controvertida obra de Luisgé Martín en la que da voz al asesino José Bretón, comenzó a publicar en nuestro país los primeros libros de una portentosa generación de escritores británicos, el british dream team de Jorge Herralde, como empezó a ser conocida esta magnífica apuesta del editor catalán. Martin Amis, Julian Barnes, Ian McEwan, Kazuo Ishiguro y Graham Swift “debutaron” en España en la colección Panorama de Narrativas del sello barcelonés, y desde entonces han ido presentando sus nuevas obras en el mismo sello hasta completar en él la casi totalidad de su producción. En reseñas futuras prometo ir trayendo aquí los más interesantes títulos de cada uno de estos autores, en un recorrido que quiero iniciar ahora recomendándoles con pasión El Domingo de las Madres de Graham Swift.

Estamos en Berkshire, Inglaterra, un 30 de marzo de 1924, cuarto domingo de Cuaresma y día en que se celebra en el Reino Unido el Domingo de las Madres, el equivalente británico de nuestro Día de la madre, que festejamos precisamente este fin de semana. Jane Fairchild, criada de los Niven, se enfrenta a una jornada inusual. Huérfana, no puede, como el resto del servicio, disfrutar con los suyos del día libre que, cumpliendo la tradición, los señores conceden a la servidumbre para la visita a sus familiares. El matrimonio Niven abandonará su mansión de Beechwood para festejar el día comiendo en Henley, una localidad cercana, con sus vecinos, los Sheringham y los Hobday, que celebran además el próximo enlace de Paul y Emma, sus respectivos hijos. Ante Jane se presenta, pues, un día “vacío” que, en sus planes, piensa ocupar en pasear en bicicleta por la zona, sentarse en el algún banco al sol o leer un libro en el jardín. Una llamada telefónica, sin embargo, lo cambiará todo: sus perspectivas para ese día y su vida entera. Paul, el vástago de los Sheringham con quien Jane mantiene una relación clandestina de años, le propone un encuentro en Upleigh House, la opulenta vivienda familiar, aprovechando la doble circunstancia de la ausencia de sus padres y del servicio y el hecho de que dispone de unas horas libres hasta el almuerzo con su prometida, previo a su inminente boda.

Salvo por un acontecimiento extraordinario que no voy a desvelar, la trama no presenta mayores alicientes. El libro entero, por lo demás muy breve, apenas ciento sesenta páginas, es el relato de unas pocas horas de ese día, aunque entremezclados con la narración principal aparecen, en constantes vueltas atrás y adelante, los días de la infancia de la protagonista y los de su muy longeva ancianidad, cuando, con cerca de cien años y convertida en escritora, rememora aquella jornada decisiva vivida cuando solo tenía veintidós.

Y es que, como tantas otras veces en la alta literatura -y El Domingo de las Madres es, a mi juicio, una obra maestra- el argumento resulta casi anecdótico, siendo el estilo, la belleza de la escritura o el genio del autor para abrir la historia a infinidad de evocaciones, sugerencias, ideas, reflexiones y elementos con valor simbólico que desbordan y enriquecen la relativa banalidad del aparente hilo conductor del texto, lo que confiere a la novela su dimensión magistral.

El estilo de Swift es deslumbrante. La sutileza en las descripciones; la exquisita ambientación; la elegancia en el retrato de los personajes; una formidable capacidad de penetración que se logra de un modo leve, mediante alusiones, con ligereza y a la vez densidad; el ritmo, lento y demorado pero atrayente y seductor; la voz en tercera persona que, sin embargo, suena íntima, honda, auténtica; la estructura como de rompecabezas, con avances y retrocesos temporales que se engarzan en la continuidad del relato sin forzarlo; los incisos, las significativas elipsis, las rupturas inesperadas y los giros sorprendentes presentados con naturalidad y sencillez… Todos ellos son recursos que dotan a la novela de una belleza, una emoción, una intensidad, un erotismo, una sensibilidad, una vibración, un lirismo, una delicadeza, una melancolía, una ternura, un encanto, una complejidad y un magnetismo hipnóticos, inolvidables.

La deliciosa recreación de las pocas horas de encuentro sexual entre Paul y Jane y el posterior deambular de ésta, desnuda y en soledad, ensimismada y pensativa, por las lujosas dependencias de una vacía e inmensa Upleigh House, la hace Swift incorporando sutilmente otras “subtramas”, una amplia gama de líneas temáticas que apuntan en distintas direcciones a partir de los recuerdos, las evocaciones y los pensamientos de la chica, dotando así a El Domingo de las Madres de una riqueza, una profundidad, una ambición literaria y una hondura reflexiva, que van mucho más allá de la mera historia relatada, por más que esa “escena” central sobre la que gravita el libro tenga una fuerza y un poder de seducción innegables.

Entre estos “hilos” a los que se abre la historia narrada destacan la exploración en el pasado de la doncella y el confuso origen de su biografía; la profunda indagación en la personalidad de la joven; la vocación literaria de Jane que abre la novela a la reflexión metaliteraria, a la sugestiva imbricación de lo real y lo inventado, de los hechos y la ficción, de la realidad y lo imaginado, de lo “verdaderamente” acontecido y lo proyectado, lo fabulado; las muy relevantes conexiones con la obra de Joseph Conrad (muerto, precisamente, en 1924); el planteamiento del conflicto y las diferencias entre clases sociales; la significativa presencia -algo más que un mero telón de fondo- de la devastadora Primera Guerra Mundial que, recién terminada cuando se inicia la “acción”, ha dejado el irremplazable hueco de dos chicos desaparecidos en el hogar de los Sheringham y de otros dos en el de los Niven; el erotismo, el placer y la sensualidad que rezuman las páginas del libro, en particular las que relatan el referido encuentro sexual.

Una maravilla de lectura imprescindible.

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Graham Swift. El Domingo de las Madres. Editorial Anagrama. Barcelona, 2017. Traducción Jesús Zulaika. 168 páginas. 19.90 euros

Alberto San Segundo - YouTube

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