Los mirobrigenses se olvidan del apagón con un luminoso Lunes de Aguas animado por Manliao

Casualidades del destino, el apagón de luz que ha sufrido toda la Península Ibérica desde las 12.30 horas ha ido a producirse en una jornada en la que, en cualquier caso, iba a haber poca normalidad en Ciudad Rodrigo –con la práctica totalidad de los establecimientos cerrados- desde la hora de comer, producto de la celebración del Lunes de Aguas.

De este modo, ‘olvidándose’ del apagón (aunque fue el gran tema de conversación) cientos y cientos de personas fueron saliendo de sus casas a lo largo de la tarde para celebrar al aire libre, aprovechando una fantástica meteorología, este Lunes de Aguas, que tuvo como es habitual como gran punto de concentración en Ciudad Rodrigo el entorno del río, tanto la Alameda Vieja como la isla de El Picón.

Quizá por el apagón, y por el hecho de que la luz volviese al menos en buena parte de Ciudad Rodrigo minutos antes de las 17.00 horas, la bajada hacia la zona del río fue un poco más tardía de lo habitual, de tal modo que por ejemplo en torno a las 17.50 horas todavía había algún hueco libre para aparcar en la Avenida de La Concha, todo lo contrario a lo que ocurrió un rato después, cuando fue casi un milagro encontrar un espacio disponible.

Así, además de la citada Avenida, se llenaron totalmente los dos parkings de La Concha, y el camino que lleva hasta el Puente Mayor lució una imagen más propia del verano (con vehículos llegando hasta las inmediaciones del Puente). Como es obvio, esa situación con los vehículos era señal de que tanto la Alameda Vieja como El Picón tenían una altísima ocupación, aunque sin llegar al ‘tope’ de una tarde de pleno verano.

Por esas zonas se repartieron multitud de familias y grupos de amigos de todas las edades –entre ellos muchos de jóvenes- que se acercaron hasta el entorno del río con el objetivo de pasar una agradable tarde, en la que fueron degustando las viandas que habían llevado (al menos un grupo las estuvo preparando en una plancha en la propia Alameda).

Como es lógico, entre esas viandas abundaron los hornazos, destacando dos personalizados con los nombres de los dos bebés que están disfrutando en sus primeros meses de vida (van a cumplir medio año) de todas las celebraciones de Ciudad Rodrigo. Hablando de viandas, en unos cuantos hogares las que ya tenían preparadas para el Lunes de Aguas sirvieron para comer, ya que el apagón impidió cocinar en aquellos que dependen para ello de la electricidad.

Las familias y grupos de amigos que estuvieron por El Picón tuvieron la oportunidad durante dos horas (de 17.00 a 19.00 horas) de disfrutar de la música de la Charanga Manliao, que estuvo tocando en el lugar de la mano de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento. Manliao estuvo tocando en dos puntos, la primera hora junto a la caseta-bar de El Picón, que estuvo concurridísima toda la tarde, y la segunda junto al que suele ser punto de entrada al agua de los niños durante el verano (en esta segunda hora se arrancaron a bailar mujeres de diversas edades).

En lo que respecta a los niños, lo máximo que hicieron en la tarde del lunes fue jugar en la arena anexa, pero no ocurrió lo mismo con unos cuantos jóvenes mirobrigenses, que se atrevieron a darse un chapuzón en las aguas del río, recorriendo la parte superior de la presa de La Pesquera hasta alcanzar la compuerta, desde la cual se lanzaron algunos de ellos.

Como se puede ver en las imágenes, el río baja con bastante caudal todavía, siendo totalmente imposible pasar de un lado a otro del Águeda, pese a lo cual hubo también algunas personas que estuvieron disfrutando del Lunes de Aguas en el lateral del Camping Municipal (a cuyas inmediaciones habían llegado en vehículos), aprovechando las mesas allí situadas (todas las mesas del lateral de El Picón estuvieron ocupadas, incluidas las anexas al segundo parking de La Concha, pese a haber una notable vegetación alrededor).

Durante la animada tarde, muchos chavales aprovecharon para jugar al fútbol –al menos un balón cayó al canal de La Concha-, al voleibol o con palas en distintos puntos. Sin prisa pero sin pausa, ya que la temperatura era óptima, los mirobrigenses fueron regresando a sus casas a última hora de la tarde.