La procesión contó con la presencia del Obispo José Luis Retana y, por primera vez, de miembros de la Corporación Municipal
Horas después de comenzar a festejarla con la novedosa procesión de la Sábana Santa, Ciudad Rodrigo tuvo en el tramo final de la mañana del domingo su tradicional procesión de celebración de la Resurrección de Jesucristo, a cargo de la Cofradía de Jesús Nazareno, que procesiona por las calles mirobrigenses la imagen de Jesús Resucitado, que este año se volvió a poner en marcha en la Iglesia de San Agustín.
En una mañana principalmente soleada (se nubló en algún momento), El Resucitado –escoltado por los romanos- pisó la calle con gran puntualidad, contando con la compañía de varios niños y de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía, así como de banderas de su propia Cofradía y de La Oración del Huerto. Acompañando al Resucitado procesionaron representantes de las cofradías de La Oración del Huerto, Las Angustias (que también contó con niños) y La Soledad.
Unos minutos después de ponerse en marcha el Resucitado (que avanzó por Cristóbal de Castillejo, Plaza de San Pedro, Gigantes y Rúa del Sol), arrancó su ruta en la Catedral de Santa María La Dolorosa, quién estuvo acompañada por el Obispo José Luis Retana, el Vicario General de la Diócesis, José María Rodríguez-Veleiro, el sacerdote Bernardino San Nicasio, y como novedad, por miembros de la Corporación Municipal: Marcos Iglesias, Ramón Sastre, José Manuel Jerez, Belén Barco, Víctor Gómez, Rubén Benito, Carmen Lorenzo y Raquel Enríquez.
De esta parte de la procesión, que avanzó por la Plazuela de San Salvador, Díez Taravilla y La Colada, formaron parte cofrades con capuchón y banderas de la propia Cofradía de Jesús Nazareno; banderas de la Cofradía de Las Angustias (asimismo con capuchón); y banderas blancas de la Cofradía de La Soledad, que fueron portadas la mayoría por mujeres con mantilla, también de color blanco.
A un buen ritmo, El Resucitado y La Dolorosa se acabaron encontrando en el centro de la Plaza Mayor, siendo descendidos al suelo. En ese momento, se le quitó el luto a La Dolorosa, para dejar al descubierto su manto blanco, mientras los costaleros de ambos pasos se iban quitando sus capuchas y verdugos. Acto seguido, se soltaron las habituales palomas, mientras se hacía sonar al ritmo del Reloj Suelto la campana situada en lo alto de la Casa Consistorial, en cuya balconada venía hablando el capellán del Nazareno, Manolo Peláez.
Acto seguido, subieron a esa balconada el Obispo José Luis Retana y el alcalde Marcos Iglesias, pronunciando el primero de ellos unas palabras a la enorme multitud congregada en el ágora mirobrigense. Finalizadas esas palabras, ambos bajaron de nuevo a la Plaza para reintegrarse en la comitiva, que ya unida cogió la calle Sánchez Arjona, para acabar llegando a la Iglesia de San Agustín, donde se puso el punto y final a la Semana Santa Mirobrigense 2025.