El bastidor del paso contó con nuevos focos, disfrutándose además de la iluminación artística de San Pedro-San Isidoro y del Paseo Fernando Arrabal
El cielo volvió a estar revuelto en Ciudad Rodrigo durante la jornada del Martes Santo (especialmente durante el segundo tramo de la mañana y la hora de comer), pero la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz pudo llevar a cabo por la noche (a las 22.00 horas) su procesión de las Cinco Llagas de Cristo sin ningún tipo de incidencia meteorológica, salvo el frío que se levantó, que restó afluencia de público al desfile.
Desde su nacimiento, esta procesión está caracterizada por su recogimiento, sobriedad y un carácter casi ‘lúgubre’, por la forma de procesionar y los lugares que se recorren, pero este año el desfile ha ganado en claridad lumínica. Por un lado, el Cristo de la Buena Muerte que protagoniza el desfile estrenó unos nuevos focos en el bastidor en el que procesiona desde el año pasado (los focos con los que contó en ese estreno dieron muchos problemas a nivel fotográfico).
Y por otro lado, el Cristo, y toda la Cofradía, disfrutaron de las novedades en materia de iluminación de las calles y monumentos de Ciudad Rodrigo, comenzando por la iluminación artística de la que ha sido dotada la fachada de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro de la que salió escoltado por un amplio número de cofrades por delante y por detrás.
El otro gran cambio en materia lumínica se experimentó en la salida del recinto amurallado para recorrer el Registro y el Paseo Fernando Arrabal, donde estaba encendida la iluminación artística (así como la que se ha colocado en zonas anexas como los fosos). Hay que apuntar que la procesión volvió a pasar por esas zonas tras haberlo hecho únicamente en 2023, ya que el año pasado se optó por un recorrido ligeramente más corto por el riesgo de lluvia.
En el Registro, la comitiva se detuvo, dando lectura el capellán de la Cofradía, Fernando Dias-Bailón, a la 3ª de las denominadas 5 Llagas de Cristo (las otras se leyeron junto al antiguo Convento de las Franciscanas Descalzas en la Plaza Cristóbal de Castillejo, junto a la Iglesia de la Venerable Orden Tercera en la Rúa del Sol, junto a la bóveda de la Puerta del Sol, y junto a la Iglesia de San Pedro-San Isidoro). Además de la lectura de la llaga en sí, en cada parada se rezó un Padrenuestro e interpretó un cántico el Coro de San Andrés.
Los integrantes del Coro procesionaron tras la imagen del Cristo de la Buena Muerte, que fue en el ecuador de los cofrades, que desfilaron de dos en dos luciendo una túnica de color granate con capucha y portando cirios. La comitiva, que contó con el sonido de tres tambores de la Banda de la propia Cofradía, fue abierta por el muñidor, seguido por la Cruz de Guía de madera y dos faroles de forja.