Como apuntó el alma máter, Juan Carlos Sánchez, La Pasión, “siempre es la misma, pero siempre es diferente”
El Grupo El Manantial llegó en la noche del Lunes Santo al ecuador de sus representaciones de este año de La Pasión con la clásica cita en Ciudad Rodrigo, donde tuvieron que escapar de la lluvia, cambiando el emplazamiento previsto (el Registro) por uno a cubierto, que volvió a ser la Iglesia de Cerralbo como en el anterior traslado por el mal tiempo, en 2022 (aquel año se tenía que haber escenificado en la Plazuela de Herrasti).
Sin preocupaciones por la lluvia, y sin la incomodidad del frío (la noche del Lunes Santo se puso fresca en Ciudad Rodrigo), el público que llenó la Iglesia de Cerralbo disfrutó de una representación de La Pasión que “siempre es la misma, pero siempre es diferente”, como mencionó su cabeza visible, el sacerdote Juan Carlos Sánchez, que este año está teniendo como ‘mano derecha’ a un histórico del montaje, Pablo Fernández Sobreviela.
En lo que respecta a las ‘diferencias’ respecto a años previos, estuvieron los habituales cambios de actores, incidiéndose en el gran relevo generacional producido el año pasado, con buena parte de los papeles a cargo de una treintena de adolescentes y jóvenes (apenas hubo adultos). En el papel de Jesucristo este año repite Javier, un joven de Fuentes de Oñoro, cuya actuación fue muy aplaudida en la noche del Lunes, al igual que la de todos sus compañeros.
Otra novedad de La Pasión de este año es el guiño que se hace tanto al principio como al final al Año Jubilar de la Esperanza que está celebrando la Iglesia Católica, con la aparición en escena de una joven en el papel de ‘Esperanza’ (junto a Fe y a Caridad), además de recrear varios jóvenes el logotipo del Año Jubilar –consistente en una cruz-ancla a la que están agarradas varias personas-.
En los instantes finales de la representación también se contó con música en directo, cantando y tocando en el escenario colocado junto a las escaleras del altar de la Iglesia de Cerralbo, por la que se fueron moviendo los actores en las distintas escenas (se utilizaron todos los lugares visibles), con el momento culmen de la crucifixión en el centro de la Iglesia, tras el cual todavía quedó la parte correspondiente a la resurrección.
El cambio de escenario que se decidió durante la mañana del lunes producto de las adversas previsiones meteorológicas (que se cumplieron, lloviendo en la calle al menos durante una parte de la representación) obligó al “doble de esfuerzo” como mencionó Juan Carlos Sánchez por parte del equipo técnico de Electel para preparar la Iglesia, ya que además tuvieron que tener en cuenta el concierto previo de la Coral Dámaso Ledesma.
Nada más concluir en la noche del Lunes Santo los aplausos por parte del público, varios de los jóvenes participantes en la representación (que duró 75 minutos) se situaron en la salida de la Iglesia de Cerralbo para vender una serie de objetos con los cuales están recaudando fondos para financiar su viaje al Jubileo de los Jóvenes que se celebrará en verano en Roma.