En una clase de español avanzado Luciana, procedente de Brasil, explica su experiencia como alumna mientras Lupe, profesora, hace lo mismo desde su faceta de profesora voluntaria
El Centro Intercultural Baraka ayuda y sirve de punto de encuentro para las personas que llegan de otros países a Salamanca, un objetivo que explicamos en este reportaje realizado tras visitar el centro. En ese proceso de conocer el centro, nos colamos en una de las clases que ofrecen: el aprendizaje del español.
Se trata de uno de los talleres más demandados ya que el aprendizaje del idioma es fundamental para relacionarse con otras personas, buscar trabajo o poder vivir en un país diferente al suyo.
En este sentido, en una de las clases de español más avanzado, charlamos con Luciana, una de las alumnas que nos atiende unos momentos. Procede de Brasil y es una de las personas más avanzadas con respecto al idioma del español. “Llegué a Salamanca hace 6 meses y en Baraka llevo unos 4”, nos explica.
Una experiencia que comparte junto a compañeros de otros países y que define como “muy buena, tanto por los compañeros como por la profesora”. Con el objetivo de quedarse en Salamanca, está muy implicada en el aprendizaje del español aunque asegura que “para mí es más sencillo, porque el idioma no es muy diferente al mío”.
En la misma clase, conocemos el punto de vista y la experiencia de Lupe, la profesora voluntaria que ayuda a estos alumnos. “Aquí en Baraka llevo como voluntaria unos 4 o 5 años, pero antes he estado en otros lugares y talleres también ejerciendo el voluntariado”, nos explica.
La experiencia la define como “buenísima”, aunque “solo vengo un día a la semana porque sigo trabajando, para mí lo mejor es que noto que les ayudo, me lo paso muy bien, la interacción es muy buena y lo que me aportan a mí es increíble. Y si a todo eso le sumamos que puedo ayudarles a aprender, pues mucho mejor”, nos explica.
Anima a que la gente se haga voluntaria porque “es una experiencia única. Cuando venimos muchas veces la gente es mayor que yo, y muchos de mis compañeros ya están jubilados y tienen más tiempo de hacer este voluntariado, pero si nos organizamos, cualquier persona podría venir un día a la semana”, concluye.