Acantilados de la Foz do Arelho, una de las más bonitas puestas de sol del Oeste portugués
Una panorámica ruta en compañía del Atlántico
En la ladera de la Serra do Bouro, entre el océano Atlántico y la laguna de Óbidos, casi siempre sopla el viento al atardecer. Si tenemos suerte y la nortada contrarresta la humedad, no caerá la neblina vespertina y podremos ver una sosegada puesta de sol sobre el mar, desde uno de los puntos más atractivos de la costa central portuguesa.
Desde los ‘Passadiços da Foz do Arelho’ el aroma del mar es tan fuerte como la brisa, el aire trae una mezcla de sal y aroma de plantas. El sonido de las gaviotas tampoco cesa.
En la localidad de Foz do Arelho, a 10 km de la ciudad de Caldas da Rainha y aproximadamente la misma distancia del célebre pueblo amurallado de Óbidos, hay una panorámica ruta que, aunque de solo 800 metros, nos permite ascender las erosionadas escarpas de los acantilados sin abandonar la vista sobre el Atlántico, donde crecen multitud de plantas autóctonas, que sujetan el terreno.
Ideadas por la arquitecta paisajista Nadia Schilling, la misión de esta construcción fue triple: permitir la contemplación y el disfrute, evitar los riesgos de caídas de los peatones al acercarse a los despeñaderos y preservar la flora endémica, al pisar sobre pasarelas de madera elevadas sobre el terreno, que en Portugal llaman “passadiços”.
Con inicio al norte de la Playa de Foz do Arelho, a lo largo del recorrido encontramos siete miradores, instalados en plataformas allanadas, donde hay bancos, mesas y sillas giratorias para tener una panorámica de 360º, todos ellos de madera.
Los días despejados, divisamos enfrente las Islas Berlengas, la bahía de São Martinho do Porto al norte y Peniche al sur.
La Laguna de Óbidos es una gran masa de agua salada, rica en fauna. La actividad pesquera aún existe en ella, siendo este lugar muy buscado por los amantes del senderismo, la naturaleza y los deportes acuáticos. Desde ella parten varias rutas que circundan la laguna, hay un lugar de interés geológico, el Penedo Furado, y un camping para caravanas. Esta zona forma parte del Geoparque Mundial Oeste, reconocido por la Unesco en 2024, que se extiende a lo largo de 72 km por este trozo de la costa portuguesa, donde se hallaron 12 clases diferentes de dinosaurios, incluidos nidos fosilizados con embriones de dinosaurio, además de otros fósiles y lugares con valor geológico.
En el punto donde la laguna se encuentra con el mar se originan corrientes, dando origen a dos grandes arenales: Praia da Foz y Praia do Mar.
Aquí hay una escuela de vela y se practica también piragüismo y pádel surf. En la confluencia con el mar, debido al viento, es habitual ver practicantes de kitesurf.
Los siete miradores de los ‘Passadiços da Foz do Arelho’ son un lugar para detenerse a admirar el poderío del océano Atlántico y contemplar uno de los crepúsculos más bonitos de la región del Oeste portugués.
