El anejo mirobrigense de Conejera ha recuperado por segundo año consecutivo sus fiestas tradicionales, centradas en una jornada campestre que resurge tras más de tres décadas en el olvido.
Conejera es uno de los cinco núcleos de población anejos a Ciudad Rodrigo, construidos entre los años 40 y 70 del siglo XX por el Instituto Nacional de Colonización (dependiente entonces del Ministerio de Agricultura). En la actualidad, estos caseríos han cobrado nuevo protagonismo gracias al auge del turismo rural, las segundas residencias o las casas de descanso para jubilados, atrayendo el interés de mirobrigenses, vecinos de la comarca y visitantes de otras regiones.
Después de casi 35 años sin celebrarse las tradicionales fiestas del 23 de abril, ha sido un grupo de amigos, con el respaldo de la empresa mirobrigense Lidiarte Charro, el apoyo del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y otras colaboraciones empresariales, quienes han hecho posible que este evento vuelva a celebrarse con éxito.
La jornada festiva comenzó a las once de la mañana con una misa solemne, seguida de un vino español abierto a todos los asistentes. A continuación, una treintena de jinetes de la zona ofrecieron una exhibición de faenas de campo, en la que, con la ayuda de sus caballos, trasladaron bueyes mansos desde un prado a otro más alejado, reproduciendo una labor tradicional muy vinculada a la ganadería de la zona. Estas tareas eran habituales especialmente con el ganado de raza morucha, presente históricamente en fincas como Conejera, Manzanillo o Sageras. Sin embargo, en la actualidad, esta raza ha sido en gran parte sustituida por la charolesa, más fácil de engordar y manejar.
Pese a ello, las faenas de campo siguen teniendo gran arraigo entre los aficionados al caballo, ya que representan una excelente oportunidad de entrenamiento de cara a los próximos encierros a caballo que comenzarán en los pueblos de la comarca durante la temporada 2025.
Tras la exhibición, los organizadores y colaboradores disfrutaron de una comida de hermandad, dando paso a una tarde festiva que incluyó una nueva muestra de trabajos de campo. La música no faltó, gracias a la animación de la charanga mirobrigense Manliao, una discomóvil y un bar improvisado bajo una gran carpa, donde se congregaron numerosos jóvenes, acompañados de familiares y amigos, para aprovechar una agradable tarde primaveral tras varios días de lluvia.
La programación continuará el domingo 6 de abril con nuevas exhibiciones de trabajo con animales, que se celebrarán únicamente en horario de mañana.