La gestión política de Feijóo, como máximo responsable del PP, se encuentra sumergida en el fango de la ignominia, la desvergüenza, la falsedad y la manipulación constante. Intentaré demostrar todos estos calificativos, que, creo, son unos atributos poco edificantes para alguien que trabaja por el interés general de los ciudadanos y aspira a gobernar un país como España, de los más importantes del planeta, que participa de los valores y principios que marca un Estado Social y Democrático de Derecho moderno y avanzado, respetuoso con los derechos humanos de toda la ciudadanía.
Una primera prueba de ello es el video que han hecho desde “Génova” en el que se vincula al PSOE con la “isla de las corrupciones”, en clara comparación con el programa televisivo de mediaset “La isla de las tentaciones”, donde se utiliza la imagen de la República Dominicana; un gesto que desde la Cancillería del país caribeño se muestra su “contundente rechazo al avieso e incomprensible ataque a la República Dominicana”, calificado en los mismos términos por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, quién ha pedido perdón al país caribeño en nombre de todos los españoles por la zafia instrumentalización de este país.
Esta maniobra del PP es una manifestación más del estado de desorientación y nerviosismo en la que se encuentran sus líderes –incluido M. Rajoy, quién compareció en el Congreso con más rabia y odio que retranca sobre la famosa “operación Cataluña” y la presunta investigación de su Ejecutivo a Podemos- que se consideran jefes del cortijo allí donde acuden. ¡Qué mal les sienta no estar en el poder!
El líder de los populares, Feijóo, es el espíritu vivo de la contradicción y se ha convertido en la marioneta más deseada por los que realmente “mandan” en su partido y por los aduladores mediáticos de la ultraderecha, de los herederos de los autócratas franquistas y de los sectores políticos, sociales y económicos más casposos, quienes lo están zarandeando constantemente. Me daría vergüenza que, por Inteligencia Artificial, se monte un video de esas características, cuando tenemos fotos muy reales –como las fotos en las que aparece Feijóo vacacionando alegremente con su buen amigo Marcial Dorado, por aquélla época ya un conocido contrabandista y narcotraficante- de una relación entre dos personas ya relevantes entonces, por distintos motivos: uno por ser un cargo público, vicepresidente del Servicio Gallego de Salud y el otro por ser un contrabandista narco, al que interesaba una impunidad que le garantizarse llevar esa vida de tráfico de drogas en las mejores garantías. Es más, las imágenes, las fotografías, fueron descubiertas en un registro judicial, algo que Feijóo nunca ha dicho.
Una segunda prueba es que esa incoherencia, ese cambio de pareceres, de criterios y de bandazos políticos, es constante. El hilo conductor de su estrategia política se rompe constantemente, generando una disociación entre sus pretensiones políticas y la realidad social. Resulta incomprensible su actuación en multitud de decisiones políticas de calado, sobre todo las que guardan relación con las políticas sociales. Se ha visto recientemente cómo su partido votó en contra de incrementar las políticas del Estado del Bienestar: subida de las pensiones o ayudas al transporte público, tan sólo porque su objetivo principal –claramente obsesivo y enfermizo- es adoptar decisiones con la finalidad principal de derribar al Gobierno, como sea, no importan los medios, aunque sean controvertidos y contrarios al interés general, con tal de conseguir el tan ansiado objetivo de “okupar” el Palacio de la Moncloa.
A ese desconcierto en su rumbo político, se une la constante mentira y manipulación de la realidad que Feijóo maneja como nadie. Quizá, cuando era presidente de la Xunta de Galicia, esa “zorrería política” era más difícil de percibir, también porque los medios de comunicación cercanos geográficamente le dispensaban un trato diferente, porque era el “señor de Galicia”, pero cuando Feijóo se encuentra con periodistas serios, responsables y críticos -como pasó con Silvia Intxaurrondo cuando le entrevistó en TVE, que se atrevió a sacarle los colores con sus mentiras, con datos fehacientes, concretos y claros- le desmontan sus estrategias inmediatamente y le dejan sin argumentos y –permítaseme la expresión- con el “culo al aire”.
Por su parte, y como tercera prueba, esa mentira, manipulación y tergiversación de la realidad ha sido claramente palpable en la cerrada defensa que desde el principio ha hecho Feijóo de Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat valenciana, sobre su gestión de la DANA. Desde el primer momento, Feijóo se conjuró para defender a Mazón a capa y espada y atacar a las autoridades del gobierno central, llegando el ridículo de sus propuestas hasta Europa –con el intento de bloqueo de nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea-, donde claramente lo dejaron desnudo de argumentos sus propios amigos políticos del grupo popular europeo en el Parlamento Europeo.
Si todas sus “verdades” son de ese calado, va a ser difícil que la opinión pública pueda apoyarle como líder político. De hecho, en las encuestas, aunque su partido esté ligeramente por delante, su valoración política está cayendo a pasos agigantados. Quizá sea lo que estén buscando otros líderes del PP igualmente ansiosos y obsesivos por derribar a Sánchez, como Ayuso, cuyo único objetivo es conseguir un poder nacional sin precedentes, someter a los ciudadanos y a los poderes públicos, como están haciendo Trump y Milei, en USA y Argentina. Está claro que esta señora no se conforma con “dominar” Madrid; su ambición desmedida le pide “mandar” otros horizontes de mayor calado. ¡Qué peligro!
Con tantas contradicciones, ¿recuerda Feijóo que cuando accedió a la presidencia del PP –después de que la “baronesa” madrileña echase a patadas a Casado- dijo que no llegaba para practicar una política impostada, frívola e infantil, sino una política seria y constructiva? Señor Feijóo, parece mentira que, precisamente a usted, le tengamos que decir que, evidentemente, cada uno somos dueño de nuestros silencios, pero también, “esclavo de nuestras palabras”.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.