Una zona con un gran patrimonio artístico, pero con muchas carencias y problemas, como el que genera el ocio nocturno y las fiestas de las facultades
Entre Calatrava y Sancti Spíritus y la Gran Vía y Canalejas se asienta uno de los barrios históricos de Salamanca: Las Claras-San Cristóbal, también conocido como Barrio Bretón.
Una zona del centro que acoge una buena parte del patrimonio artístico y cultural de la capital salmantina: San Esteban, plaza de San Román, plaza e iglesia de San Cristóbal, la ermita de la Misericordia, la iglesia de Sancti Spíritus, el convento de Las Claras, Calatrava, los arcos de la Gran Vía… Un barrio conformado alrededor de conventos e iglesias, en el que hace años una valla rodea el solar de lo que era el mítico Teatro Bretón; un barrio con dificultades de accesibilidad, poco arbolado, con mucho ruido… y un problema importante: es una de las mayores zonas de marcha de la ciudad, no solo por el ocio nocturno, también por las fiestas de las facultades de la Universidad.
“Tenemos esa mezcla de barrio histórico con barrio botellón”, lamenta Mercedes Gabriel, presidenta de la Asociación Vecinal Bretón.
Y es que los vecinos del barrio son testigos de lo que ocurre con las fiestas de las facultades y el ocio nocturno; unas actividades que, afirma, molestan durante todo el día. “La zona de San Román y alrededores de la plaza Bretón están llenas de orines; vemos como están haciendo botellón y llega la Policía, esconden botellas entre los pantalones y ya está”. Además cuando hay fiesta de alguna facultad “se invade la calzada, se sientan en ella y vienes con el coche y no puedes pasar. Ocupan toda la vía pública durante todo el día y todo lo que hacen está a la vista de todo el mundo. Es un tema educacional y si no, si es de la universidad, pues que vayan a la universidad”.
Además, en cuanto a los locales de ocio, Mercedes Gabriel, señala una zona “que es increíble; la zona entre el patio de Comedias, la calle San Justo, Gran Vía y Abogados de Atocha es un núcleo residencial y hay nada más y nada menos que 11 establecimientos de ocio”.
El ruido es diario, no solo por la noche. Además, señala, hay otro problema añadido, como es la “desvalorización patrimonial; con todos los bares que hay debajo, en las zonas donde hay bares, todos los primeros pisos se venden y mucho más baratos”.
La Asociación Vecinal Bretón se constituyó hace seis años por un motivo concreto: el proyecto que se presentaba sobre el solar del Bretón. “Nos reunimos los vecinos y se vio que era un proyecto que no se adecuaba a la Ley; a partir de ahí nos movilizamos y se decidió formar una asociación para defender los intereses de los vecinos y de la ciudad, porque siempre decimos que este es el barrio donde vivimos, pero es un barrio de la ciudad, no nos olvidemos que es para todos, no solo para los vecinos”, explica Mercedes Gabriel.
Ahí empezó su camino. “Se denominó Bretón porque era del teatro Bretón, y también porque es un poco el entorno, aunque el barrio es Las Claras-San Cristóbal, el Bretón queda en el medio”.
Una asociación que, de momento, no organiza actividades, sino que está sobre todo centrada en las reivindicaciones, porque “creemos que es mucho más importante que el barrio sea un barrio adecuado para los vecinos”. Intentan darse visibilidad y animan a los vecinos a participar en la misma, que les expongan sus problemas, pero “la gente no se implica; nadie quiere participar, implicarse y dedicar tiempo, pero hay que hacerlo”.
Una asociación que aún no dispone de un local. Aunque, comenta, les han ofrecido la Fonda Veracruz, pero “no sabemos todavía, hasta que no esté firmado el acuerdo, no hay nada. Llevamos seis años así, dijimos que en Juan de la Fuente, que es del barrio, pero dicen que no hay sitio”.
Desde el colectivo, explica, presentaron “un proyecto de barrio superbonito, que nos costó mucho esfuerzo realizar”. Son muchas sus reivindicaciones, pero de momento, “en los seis años que llevamos y todas las reivindicaciones realizadas, no hay nada, no han hecho nada”, salvo “en la parte de turismo, es lo único que hemos visto”.
FOTOS: DAVID SAÑUDO