Seis errores que debes evitar

La cuestión no es equivocarse…sino evitar hacerlo. Y es lógico que te preguntes: “¿cómo puedo equivocarme menos?”.

Te propongo hacer una lista para que así puedes detenerte a pensar en cuál de los puntos concretos te parece que estás fallando.

1º) Carecer de un plan

Como nos pasa a todos en los tiempos que corren, vas a salto de mata. Jamás planificas nada, incluso, cuestiones que te ilusionan como ser un plan de escapada con unos amigos para ir de pesca y hacer montañismo, lo dejas a la espontaneidad o quizás, al orden que pondrá en el grupo uno de tus colegas. Hay uno de ellos que siempre ejerce el liderazgo y pone orden, planifica por los demás, lo que da tranquilidad al resto. Pero cuántas veces te hubiera gustado ser el líder de ese grupo. Pues empieza a preocuparte por contar con planes para todas tus cosas: te ayudará en todo, especialmente en el orden de tu trabajo.

2º) Que no se sepa lo que se espera de uno

¿Eres de esas personas a las que coloquialmente se dice de ellas “no se sabe cómo piensa”? ¿Te muestras como una persona enigmática…que jamás muestra sus sentimientos…ni lo que tiene en mente? ¡Pues mal asunto! Una cosa es ser una persona reservada, prudente y con un sentido del saber estar, y otra muy diferente es mostrarte fría y distante. La proximidad en las relaciones, bien entendida, es mejor que el distanciamiento.

Cuando se sabe lo que eres capaz de dar y también cómo piensas, te conviertes en una persona confiable, lo que automáticamente mejoran tus relaciones interpersonales, tanto en tu plano personal como laboral.

3º) Aislarse

Los seres humanos somos sociales por naturaleza. O te integras, siempre con todas las reservas que puedas tener, mostrando ese sentido de comunidad que te caracteriza, o, aunque no lo desees, te tildarán de solitario, en el mejor de los casos, o insociable, lo que no deja de ser una etiqueta negativa.

Aislarse para un hecho concreto, por ejemplo, preparar una oposición, o preparar una asignatura que es de las últimas de tu carrera, es parte del guion. Otra cosa es cuando lo conviertes en un hábito, que se irá acrecentando, te sentirás cómodo/a en esa situación y cada vez te será más difícil integrarte con los demás.

4º) Titubear

Estar sembrándote a ti mismo/a la duda permanente…no te ayuda, ni en el trabajo ni el amor. Cuando quieras que las cosas te funcionen bien, pues debes expresar tanto con palabras como con gestos tu voluntad, que se vea claramente tu buena predisposición y especialmente, que se valore tu actitud. Vale más una actitud pro activa y que se perciba tu determinación, que eres capaz de tomar esa decisión y que tienes que asumir la consecuente responsabilidad, que cuando te aflora la duda.

¡Sí…por apresurarte puedes equivocarte! Desde ya que forma parte de nuestro riesgo existencial. Pero vivir dudando de cada cosa…de cada palabra…de “o lo hago o no lo hago… o, “se lo digo o no se lo digo” te termina carcomiendo por dentro y te quita fuerza y lo peor de todo, felicidad.

5º) Tener estrechez de miras

Decía Napoleón que “puestos a pensar… pues hay que hacerlo a lo grande”. No puede llamar la atención la determinación de una personalidad como Bonaparte. Pero de todo lo que te rodea, especialmente en el ámbito de tus estudios (que estás terminando tu licenciatura), o en el laboral (que esperas un ascenso), o en el personal, que vas a proponerle a tu novia que se vayan a vivir juntos, en todos los aspectos de la vida lo que realmente importa es el alcance que le das a las cosas. Es lo que te alimenta la esperanza, es el horizonte que seas capaz de abrir hacia tu futuro.

Al igual que los conquistadores que construían un atalaya desde el cual tener una visión amplia de a qué distancia se encontraba su enemigo, debes simular tu atalaya personal haciendo el esfuerzo de mirar el mismo paisaje que estás viendo, pero desde otro ángulo de miras. A esto me refiero por ampliar tu horizonte de miras y romper esa estrechez que casi siempre se deriva de ciertos temores, a veces miedo a lo que vendrá, y por supuesto, que un exceso de conformismo.

6º) Ocultar los errores

Puede parecer una verdad de Perogrullo, pero si hay una forma de conducta típica que trae consecuencias muy negativas, es “esconder la tierra bajo la alfombra” como para que no sea vea la suciedad. ¡Pues mal…muy mal!

Porque cuando la otra persona en el plano personal, o un jefe o un socio en el plano profesional, terminen descubriendo lo que has ocultado, tu crédito personal habrá caído en picado, lo que hará que los demás pierdan seriamente la confianza en ti.

Hay errores que son involuntarios y de los cuales casi no te diste cuenta si no es porque un compañero, lo ha señalado; otros, los más complicados de asumir, es cuando fuiste consciente y no tuviste el valor de corregirlo inmediatamente. Estos son los que terminan pesando. Los que se esconden bajo la alfombra. Los que terminan destruyendo a cualquier persona.

De cómo nos conducimos en la vida

Finalmente te digo, que el solo hecho de haberte detenido en estos puntos que te estoy señalando hoy, ya es un paso importante. Y no te olvides de una cosa: que la manera en que se conduce una persona no es otra cosa que su autobiografía en movimiento

La actitud que una persona tenga en su vida diaria determinará el éxito o fracaso en lo que haga. Hay personas con un gran coeficiente de inteligencia, pero como sus valores emocionales le traicionan, no encuentra la manera adecuada de conducirse en su vida, desaprovecha oportunidades, malogra muchas horas de trabajo y esfuerzo, afecta su autoestima y rendimientos futuros. Y los 6 errores que debes evitar te facilitarán cada vez más, que te afloren oportunidades y empieces a sentir más felicidad por haber ganado un poco más de seguridad y confianza en ti mismo.

¡Recuérdalo! ¡Vale la pena!