Disfraces, risas y buen ambiente marcaron la celebración en la residencia, demostrando que la edad no es un límite para disfrutar de la fiesta
La residencia de mayores de Almendra vivió este lunes una celebración muy especial: el Carnaval. Residentes y trabajadoras no quisieron perderse la oportunidad de disfrazarse y disfrutar de una jornada llena de risas y buen ambiente. La fiesta, organizada con cariño y dedicación, demostró una vez más que la edad no es un límite para divertirse y participar en las tradiciones.
Las trabajadoras de la residencia también se sumaron a la fiesta, disfrazándose y animando a los residentes a participar en las actividades. El ambiente fue de complicidad y alegría, con música, bailes y momentos que arrancaron sonrisas a todos los presentes.