La planificación anticipada de los aspectos funerarios es fundamental. Ya sea a través de un seguro de decesos, el ahorro personal o la precontratación de servicios, contar con una solución adecuada marcará la necesaria diferencia en un momento tan delicado.
En los países occidentales, cuando se hace referencia a los seguros de decesos, de forma general se suele pensar en un servicio que se limita a cubrir los gastos funerarios y a aliviar la carga económica y organizativa de los familiares en esos momentos emocionalmente tan difíciles.
Sin embargo, en las sociedades actuales, la globalización y la convivencia de culturas diferentes es un hecho. Este nuevo paradigma obliga a afrontar, desde distintos puntos de vista, la manera en que las personas se enfrentan a la muerte y cómo se organizan los funerales, ya que estos varían enormemente entre aquellos que actualmente conviven en una misma comunidad. Cada tradición ofrece una visión distinta sobre el duelo, la memoria y el significado de la despedida, y de ellas es posible extraer aprendizajes valiosos.
A lo largo de la historia, las diferentes culturas han desarrollado rituales únicos para despedir a sus seres queridos. Desde ceremonias solemnes hasta celebraciones vibrantes, cada tradición refleja la manera en que una sociedad enfrenta la muerte y honra la memoria de quienes han partido.
En el país del sol naciente, la mayoría de los funerales siguen tradiciones budistas. Se lleva a cabo una ceremonia en la que el difunto recibe un nombre póstumo, se realizan ofrendas y los asistentes incineran varitas de incienso como muestra de respeto.
Desde el punto de vista japonés, se destaca la continuidad entre el mundo de los vivos y los muertos, algo que en Occidente sirve para ver la pérdida desde una perspectiva más trascendental y menos definitiva.
Por todos conocidos, el Día de los Muertos es una festividad que demuestra que la muerte no siempre debe verse con tristeza absoluta. De este modo, en esta celebración, se honra a los difuntos con altares, ofrendas y reuniones familiares llenas de color y recuerdos. Esta perspectiva invita a integrar la memoria de los seres queridos en la vida cotidiana, en lugar de relegarla exclusivamente al dolor del duelo.
También con un sentido festivo, en algunas comunidades de Ghana, los funerales se visten como eventos coloridos donde se celebran la vida y los logros del fallecido. Los ataúdes se personalizan con formas que reflejen la profesión o pasiones del difunto, desde un zapato hasta un avión.
Sorprende el tipo de entierro en el budismo tibetano. En la conocida práctica funeraria "entierro celeste", el cuerpo del fallecido es dejado en las montañas “entregado a la naturaleza” para ser consumido por aves carroñeras. Es un ritual en el que se enfatiza el desapego del cuerpo físico y la transmigración del alma. Si bien esta práctica puede parecer extrema en otras culturas, nos invita a reflexionar sobre la sostenibilidad y el impacto ambiental de nuestros propios ritos funerarios.
En primera instancia, los seguros de decesos están diseñados para cubrir los gastos del sepelio y facilitar la gestión de todos los trámites tras el fallecimiento. Sin embargo, dependiendo de la póliza contratada, es posible incluir desde la organización del funeral hasta la asistencia legal para los familiares. Este tipo de seguro evita que los seres queridos tengan que afrontar un desembolso inesperado y, además, garantiza que los deseos del fallecido se cumplan en cuanto a su despedida.
Ambos productos están relacionados con la protección económica tras el fallecimiento, aunque son sustancialmente diferentes.
Cubre los gastos del funeral y los trámites asociados al fallecimiento. No genera una compensación económica para los beneficiarios.
Ofrece una indemnización a los beneficiarios designados, lo que puede ayudar a los familiares a afrontar cargas económicas, como hipotecas o deudas. Sin embargo, no se encarga de la organización del sepelio.
Para quienes prefieren otras opciones, existen alternativas.
Crear un fondo específico para gastos funerarios suele ser una solución viable, aunque requiere disciplina financiera y no ofrece la misma cobertura en imprevistos que un seguro.
Algunas empresas permiten pagar por adelantado el servicio funerario, asegurando que todo esté organizado según los deseos del cliente.
En algunos países existen ayudas para personas en situación de vulnerabilidad que no pueden costear un sepelio.
Cada tradición funeraria tiene algo valioso que enseñar. En cualquier caso, la clave está en encontrar un equilibrio entre la solemnidad y la memoria, asegurando que el proceso de despedida sea significativo y respetuoso con los deseos del fallecido y sus seres queridos.
La planificación anticipada de los aspectos funerarios es fundamental. Ya sea a través de un seguro de decesos, el ahorro personal o la precontratación de servicios, contar con una solución adecuada marcará la necesaria diferencia en un momento tan delicado.