Mi sugerencia de esta semana, la revista Litoral, lleva casi un siglo ofreciendo al lector que se acerca a sus publicaciones -a razón, en su última etapa, de un título semestral- unos siempre muy cuidados e interesantes números. Quizá puedan pensar ustedes que una revista literaria debe ser algo muy árido, muy académico; algo vinculado a un ámbito muy restringido, el de los profesores, el de los expertos en literatura, el de los severos catedráticos, eruditos y sabios, alejados del mundanal ruido en que se desenvuelve la existencia del común de los mortales; algo muy aburrido en suma. Pero nada más lejos de la realidad en el caso que nos ocupa.
Por de pronto, Litoral no es una revista que se ocupe únicamente de la literatura, tal y como se deduce de modo explícito de la rúbrica que acompaña a su cabecera, Revista de Poesía, Arte y Pensamiento. La amplitud del abanico de temas que trata la hacen, así, más abierta a un mayor número de personas, aunque sean los amantes de la literatura, de la poesía singularmente, sus más fervientes lectores. Dirigida en la actualidad por Lorenzo Saval, Litoral lleva desde 1926, aunque con discontinuidades varias, con apariciones y desapariciones y reapariciones, ofreciendo al lector unos cuidadísimos y espléndidos números. Con el último publicado, dedicado a los jardines, la revista llega a la cifra, insólita para una publicación de este género, de 278 volúmenes.
En 1926, dos poetas, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, deciden poner en marcha una revista que pudiera canalizar sus ideales poéticos y aun estéticos en el sur de España, en una Málaga no demasiado unida hasta entonces a proyectos artísticos o experiencias literarias de envergadura. La cercanía al mar de la pequeña imprenta en la que se editaban los primeros números, la reiterada presencia de los motivos marinos en la poesía de algunos de los colaboradores más destacados, caso de Rafael Alberti, por ejemplo, junto a la explícita voluntad de los fundadores de editar una revista que evocara al mar, fueron algunas de las causas que llevaron a la elección del nombre, Litoral, y del dibujo, un pez saliendo de un agua azul, el símbolo identificativo de la revista, obra del pintor Manuel Ángeles Ortiz, y que se ha mantenido hasta nuestros días, como un icono de lo mejor de nuestra cultura en el siglo XX. En el sumario de aquel primer número, aparecen, y el elenco es, en sí, muy revelador, los nombres de Federico García Lorca, Jorge Guillén, José Bergamín o Gerardo Diego, que junto a los ya mencionados Rafael Alberti y los promotores de la revista, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, constituyen lo más granado de la excepcional generación del 27.
Desde entonces, Litoral ha acogido a todos los poetas, pintores, pensadores y artistas que han significado algo en nuestra vida cultural de los últimos cien años. La lista, aunque solo fuera la de las figuras señeras, sería interminable. Citaré, en enumeración apresurada y forzosamente limitada, a Luis Cernuda, Gómez de la Serna, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Juan Gris, Pablo Picasso, Benjamín Palencia, Salvador Dalí o Manuel de Falla, para referirme a la primera época de la revista. También Juan Ramón Jiménez, León Felipe, Max Aub o Francisco Giner de los Ríos como muestra de los colaboradores en la etapa del destierro, en México, tras la nefasta guerra civil. En los años sesenta y setenta Litoral acoge, entre otros, a José Ángel Valente, José Agustín Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald, Fernando Quiñones, Claudio Rodríguez, Gabriel Celaya, Jaime Gil de Biedma, Ángel González... Como ven, todos ellos nombres mayores -muy mayores- de nuestra poesía. En los últimos veinte años, con la presencia destacada de Lorenzo Saval, su actual director, Litoral ha ofrecido sus páginas a todos los poetas que tienen algo que decir en nuestra poesía actual.
La peculiar y muy destacada propuesta de Litoral en su copiosa y fecunda historia de la revista, interesa, de entrada, en cuanto a sus contenidos. En cada nuevo ejemplar se presentan, normalmente, diversas aproximaciones -artículos, breves ensayos, estudios, crónicas e informaciones varias- a un tema de referencia, a un eje central y monográfico. Ha habido números dedicados en exclusiva al mar, la ciudad, la gastronomía, los animales, el deporte, el flamenco, el cine, el jazz, la identidad, el vino, el rock, las aves, los colores, el humor, el cuerpo, los faros o estos jardines que protagonizan la más reciente entrega. Otros centrados en la obra de Kavafis, Neruda, Alberti o Picasso, en la poesía de Argentina, Galicia, Italia, Cataluña o el Mediterráneo, o en la obra de Felipe Benítez Reyes, Luis Antonio de Villena, Luis García Montero, Ángel González o Carlos Marzal; entre otros muchos.
Pero, además, cada uno de los títulos es una obra de arte en sí mismo, más allá de ese referido contenido, pues la revista se presenta en formato libro, en ediciones primorosas, con papel satinado, brillante policromía y maquetación muy “acogedora”, y con sus cientos de páginas trufadas de poemas alusivos a la respectiva cuestión tratada, presentados de un modo muy bello, entre infinidad de imágenes, reproducciones de cuadros y múltiples ilustraciones, láminas, dibujos, carteles cinematográficos y afiches publicitarios, siempre vinculados al tema central de cada publicación.
--
Revista Litoral. Jardines. Número 278. Málaga, 2024. 278 páginas. 31.95 euros
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.