Viernes, 05 de diciembre de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Todos culpables
X

Todos culpables

Actualizado 10/02/2025 09:23

Hace unos días se conmemoró el aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau por las tropas soviéticas en 1945, y volvimos a sentir infinita tristeza por tantas muertes injustas, y volvimos a sentir infinito desprecio por todos los malditos asesinos, y por recompensar de alguna manera a las víctimas y por nuestro propio bien debemos seguir sintiendo lo mismo todos los días del año porque la llegada al poder de Donald Trump nos advierte que bestias como aquellas siguen existiendo y hasta cabe la posibilidad de que no duden en cometer las mismas atrocidades.

Una reunión secreta

Un día de febrero de 1933 Hitler se reunió en secreto con un grupo de industriales multimillonarios que no dudaron en donarle ingentes sumas de marcos para conseguir la estabilidad que él prometía. La guerra les resultó rentable, afirma Eric Vuillard en El orden del día, pero no se sabe los que acabaron suicidándose o perdiendo la razón, bueno, volviéndose locos porque la razón la perdieron aquel 20 de abril de 1933. Pero nadie dio un paso para impedir que empezara la que acabó siendo la más injusta, terrible y vergonzosa matanza de seres humanos. Salía humo de las cámaras de gas, y más que a leña, olía a cadáveres, pero hacía mucho frío y había que calentar a los protegidos; llegaban los trenes cargados de prisioneros, pero no los secuestraban para acabar con ellos de un modo u otro, los secuestraban para que el trabajo los hiciera libres; desaparecían los niños que sufrían alguna discapacidad, pero no los llevaban para sus ensayos antes de matarlos, sus investigaciones, sus experimentos, los llevaban para dedicarles las atenciones y los cuidados que necesitaban y no tenían en casa, y hasta la Cruz Roja empezó a salir maravillada tras recorrer parte de las instalaciones y comprobar que disponían de gimnasio, teatro, biblioteca y otras lindezas más propias de un balneario de lujo que de un campo de concentración. ¿En qué cabeza cabía que aquello ni aun siendo cierto podía ser justo?

Un rayo de esperanza

No puede decirse que Donald Tramp, al contrario que Hitler, se escondiera para negociar con sus afines los apoyos necesarios para volver al poder a cambio de favores. Tampoco puede decirse que se privara durante la campaña de desgranar amenazas más propias de la Edad Media que de nuestros días. Lo que sí puede afirmarse es que sus trastornos, sus locuras, sus delirios, no eran un secreto para nadie, con lo que sus votantes podrán decir que se equivocaron, no que los engañó, porque gracias a ellos volvió a la Casa Blanca, y sin deshacer los baúles y ordenar los armarios como exige toda mudanza, se lio a firmar decretos a granel para cumplir las promesas, mejor dicho, las amenazas anunciadas. En apenas unos días ya ha recibido tres varapalos judiciales. A saber: un juez ha frenado su plan de bajas incentivadas para empleados públicos; otro juez ha limitado temporalmente el acceso del Departamento de Eficiencia Gubernamental liderado por Elon Musk al sistema de pagos del Tesoro de EEUU, y otra magistrada acaba de impedir que se ejecute la orden firmada por él para trasladar a mujeres trans a centros penitenciarios para hombres. Es un rayo de esperanza en medio de tantas sombras. Tranquiliza saber que no todos los jueces se dejan amedrantar, pero no nos engañemos: está por ver que consigan paralizar todas las barbaridades que anidan en su cabeza.

La señal amarilla

Lo más preocupante de la nueva era Trump es que sus decisiones no solamente afectan a los Estados Unidos, afectan a todos los países, también a los europeos. Y por la parte que nos toca debemos estar alerta pues se ha activado la señal amarilla que indica precaución. Hoy más que nunca debemos frenar con nuestro voto y con nuestra actitud a todas las extremas; hoy más que nunca debemos huir de políticos que no dudan en pactar con formaciones trasnochadas para conseguir con apaños lo que no consiguen en las urnas; hoy más que nunca tenemos la obligación de elegir a nuestros gobernantes pensando en nuestro día a día y no en sus ambiciones, porque si cerramos los ojos a la realidad como los cerraron los alemanes hace ochenta años y caemos en la tentación que cayeron los estadounidenses hace dos meses y medio, además de víctimas de una manera o de otra, culpables no serán solo los políticos y sus amigos, seremos, también, todos los ciudadanos.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.