Héctor es un salmantino que tiene dos galgos, Spike y Kalé. En el Día Mundial de los Galgos conocemos como es la historia de este salmantino con Spike y Kalé, con quién lleva ya varios años.
Con Spike lleva 6 años, y con Kalé, 3. La historia de Spike es conmovedora. "Fue abandonado junto a tres hermanos en una caja cuando apenas era un cachorro. Mi se encargó de cuidar a los cuatro, y tres de ellos fueron adoptados. Sin embargo, debido a que Spike tenía problemas de vista y otros problemas de salud, nadie quiso adoptarlo", explica. Al final, su familia decidió quedarse con él, dándole un hogar para siempre.
Por su aprte, Kalé llegó a su vida como una acogida temporal, pero después de un tiempo, decidieron adoptarlo de manera definitiva.
Aunque muchas personas creen que los galgos son perros nerviosos por su velocidad al correr, Héctor tiene una experiencia diferente. Para él, los galgos son perfectos para vivir en un piso. En casa, Spike y Kalé son muy tranquilos y pasan muchas horas durmiendo, disfrutando de un ambiente relajado en su hogar.
Héctor considera que los galgos no requieren más cuidados que cualquier otro perro. "Necesitan una buena alimentación y ejercicio diario, pero también es fundamental que puedan interactuar con otros perros. Que corran y se relacionen con otros perros también es maravillosos porque no es lo mismo la actividad que le podemos ofrecer en un paseo que al actividad que realizan cuando interactúan entre ellos", explica.
Aunque los galgos son algo frioleros y se les suele ver con abrigos, Héctor considera que, "al igual que a las personas, cada uno somos un mundo".
Por supuesto, Héctor recomienda adoptar un galgo. "Tanto galgo como o cualquier otro perro que necesite un hogar. Por unas cosas u otras muchos galgos acaban en protectoras y creo que no es justo, son una raza maravillosa y muy cariñosa. Aquí no es cuestión de galgos o no galgos, es cuestión de responsabilidad y de que las personas que tengan cualquier perro se comprometan a darles la vida que merecen", concluye.