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Estelas de 2024
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Al cabo de la calle

Estelas de 2024

Actualizado 28/12/2024 09:08

Termina el año 2024 y es un buen momento para reflexionar sobre lo que nos han deparado los últimos 365 días, con sus luces y sus sombras, sus repercusiones en cada uno de nosotros y en la sociedad. Sabemos que el paso del tiempo es una convención del hombre, una taxonomía hecha en segundos, minutos, horas, días, años, lustros, décadas, siglos, milenios… Pero lo realmente importante es lo pasa en cada uno de esos tiempos y el cómo nos afecta.

No podemos entrar aquí a mencionar, y menos detallar, todos y cada uno de los hitos del año que termina. Nos limitaremos a citar algunos que son de interés general. Siendo conscientes de que pueden tener un valor distinto o ser considerados de diferentes formas por y para según qué personas. Opiniones y valoraciones todas respetables, aunque no se compartan.

Por proximidad, gravedad y dimensiones, nos invade la tragedia provocada por la DANA en el sureste de España y especialmente en Valencia. Sobrecoge el solo hecho de citar la cifra de 226 fallecidos, sin sumar 13 desaparecidos, 37.000 personas rescatadas, centenares de miles de víctimas por daños causados, 78 municipios afectados, más de 8.000 efectivos del ejército desplegados y miles de voluntarios en el rescate, la recuperación y la ayuda humanitaria. Estas cifras nos dan una idea de la tragedia y el dolor humano ocasionado aquel 29 de octubre, cuando la lluvia caída alcanzó en Turís (Valencia) los 771 litros por metro cuadrado en 24 horas, de los cuales 185 se acumularon en tan solo una hora. Detrás de cada cifra hay personas que, o han muerto, o están sufriendo y padeciendo.

No cabe otra que acompañar a los compatriotas en el dolor y mantener la solidaridad para la reconstrucción de sus casas, sus enseres, sus trabajos, sus vidas materiales, espirituales y de convivencia. La solidaridad de los españoles ha sido ejemplar y ese es un buen camino para el sentir humanitario. Que las administraciones públicas no se olviden de que hay mucho por hacer. Que se aclaren y se sancionen los fallos habidos. Así como pedirles que tomen las medidas oportunas, elaborando protocolos de emergencia y manuales de crisis para que, catástrofes como esta, favorecidas por el cambio climático, no vuelvan a repetirse.

En el ámbito geopolítico, terminamos 2024 con más de 50 conflictos armados, lo que supone la mayor concentración bélica, en el tiempo, desde la Segunda Guerra Mundial. El ser humano está saturado de tanta guerra y de tanta violencia. No es de extrañar que el propio Papa Francisco, en su mensaje de Navidad, pidiera que “callen las armas” en el mundo.

Un grito de desesperación para todos los territorios en guerra, especialmente la guerra en Ucrania que desde el 22 de febrero de 2022 que empezó ya va por más de un millón de muertos. O para las poblaciones de Oriente Medio, donde las guerras que mantiene Israel con los países vecinos y más concretamente con los palestinos en Gaza, ha supuesto la guerra más letal con el asesinato de más de 14.500 niños inocentes. Los incesantes ataques israelíes violando los derechos humanos, matan a un niño cada hora, según Naciones Unidas.

La violencia desenfrenada azota a millones de civiles en muchos lugares del mundo. Además del alto número de víctimas mortales, el 2024 ha batido récords en cuanto a desplazamientos forzados: casi 123 millones de personas se han visto obligadas a huir de guerras, violencia y persecución. Y paradójicamente, los países de renta media y baja acogen a la mayoría, el 75 %, de los refugiados. La solidaridad de los países más ricos brilla por su ausencia.

El drama humano también se ha hecho patente en las migraciones a lo largo del camino hacia la liberación y la seguridad de los migrantes. El reciente informe sobre migraciones de la ONG “Caminando Fronteras”, asegura que más de 10.400 migrantes murieron durante este 2024 en su intento de llegar a las costas españolas, lo que supone una media de 30 fallecidos diariamente. Toda una cifra récord, que supone un incremento del 58% respecto a 2023. Entre los que perdieron la vida en el mar se encontraban 421 mujeres y 1.538 niños o adolescentes. Los fallecidos pertenecían a 28 países, principalmente africanos. Para esta ONG, la ruta Atlántica hacia las Islas Canarias “se mantiene como la más letal a nivel mundial”.

Múltiples son las causas por las que las personas se ven obligadas a salir de su tierra y, por el camino, no siempre encuentran el socorro que necesitan para que no perezcan en el mar. Porque las políticas migratorias de los hipotéticos países de destino se centran en evitar la llegada de migrantes, más que en el derecho a la vida de las personas, en una clara falta de respeto al derecho internacional en materia de asilo.

En una de las acepciones que de la palabra “humanidad” nos da el Diccionario de la Lengua Española (DLE) la describe como: sensibilidad, compasión por las desgracias de otras personas. Siendo así y a tenor de lo ocurrido, habrá que decir que la humanidad ha estado ausente durante el 2024.

Volviendo a lo doméstico, pero no exclusivo de España, en 2024 la escasez y carestía de la vivienda se ha manifestado como un problema insoportable para una gran parte de la ciudadanía y especialmente para los jóvenes, porque no solo no pueden emanciparse, sino que también la vivienda se lleva una gran parte de su escaso salario.

En el lado positivo de lo que se ha dado en 2024 y, referido a España, está la favorable evolución de la economía. El crecimiento económico, que es base para el bienestar y desarrollo social, ha tenido un comportamiento muy positivo. Una buena marcha que contrasta con el ruido político existente que no nos deja disfrutar de aquella. En otros tiempos, estaríamos dando saltos de alegría cuando los datos confirman que en este año España triplica la tasa de crecimiento de la Unión Europea y que bate un récord histórico de 21,3 millones de afiliados a la Seguridad Social. La alegría es limitada porque una gran parte de esa bonanza no llega a la mayoría de la sociedad, se la quedan unos cuantos. Hace falta más justicia social.

El turismo, motor de la economía española aportando el 12 % del Producto Interior Bruto (PIB) da cifras históricas en cuanto al número de turistas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) se espera cerrar el 2024 con un total de 95 millones de viajeros visitando España, con los que entrarán unos 128.000 millones de euros por actividades turísticas. Superando así la quiebra que supuso la irrupción de la pandemia con la Covid.

Como decíamos más arriba, no podemos abordar aquí todos los aspectos positivos y negativos de 2024, pero no queremos terminar sin manifestar nuestro deseo de que el próximo año se reduzca la polarización y la crispación política, así como la violencia de género. Los españoles tenemos mucho que ver en el hecho de que el año empiece el uno de enero, pero de eso y del 2025 hablaremos en el próximo capítulo.

¡Feliz 2025!

Les dejo con Julio Iglesias y "La vida sigue igual"

https://www.youtube.com/watch?v=ULT_k5lvClY

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© Francisco Aguadero Fernández, 27 de diciembre de 2024

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