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Moisés Muñoz: "Pablo pone el entusiasmo, la alegría y la emoción, y yo pongo las piernas por los dos"
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ENTREVISTA

Moisés Muñoz: "Pablo pone el entusiasmo, la alegría y la emoción, y yo pongo las piernas por los dos"

Actualizado 24/12/2024 10:55

Veterano de la San Silvestre Salmantina, vive cada edición como una fiesta familiar. Ahora corre junto a su hijo Pablo, llevando el espíritu navideño y la emoción de esta icónica carrera que llena las calles salmantinas de emoción y sentimiento

Moisés Muñoz lleva participando en la San Silvestre Salmantina desde principios de los años 90. “La de 1991 es la primera San Silvestre que corrí. Lo hice junto a mi padre, ya fallecido, y recuerdo que ese año le dieron el premio al corredor de mayor edad”, recuerda este salmantino en su conversación con SALAMANCArtv AL DÍA. Desde entonces, salvo los años en los que ha sido delegado en Salamanca de la Federación de Atletismo de Castilla y León, no ha faltado a la cita: “He tenido continuidad y he dejado de correr muy poco, dos o tres ocasiones”.

En todos esos años participando, Moisés Muñoz ha sido testigo de la evolución de la San Silvestre Salmantina: “Es evidente la evolución tanto en cantidad como en calidad. Yo he corrido la San Silvestre de diferentes formas: saliendo en dirección hacia el Rollo, girando a la izquierda en Canalejas, ahora a la derecha, subiendo por los Hospitales, bajando… Ha habido un montón de recorridos distintos y diferentes, pero es una carrera que tiene algo especial y que está muy enraizada con la sociedad salmantina dentro de la Navidad y el espíritu navideño”.

Pese a esa evolución, Moisés considera fundamental el carácter popular de la prueba: “Eso es clave. Su carácter popular, que primero fue de barrio gracias a la organización de Gabriel Franco (profesor de Educación Física de San Estanislao de Kostka) y su equipo, del que buena parte sigue formando parte de la comisión organizadora de la carrera en la actualidad”. “Creo que no se ha perdido el espíritu popular de la prueba y hay un ambientazo en todo el recorrido”, continúa el atleta, “ahora es todo mucho más multitudinario pero a la vez eso hace que sea más popular en toda Salamanca y fuera de aquí”.

La forma de vivir la San Silvestre de Salamanca depende de cada uno de los participantes: “Hay muchas carreras dentro de la San Silvestre. La de los que van delante compitiendo y batiéndose el cobre para ganar y hacer marcas, la de los que corren con amigos, el que corre porque se lo ha apostado con su colega tomando una caña en la barra del bar, los que corren en familia, los que participan en el concurso de disfraces… Hay muchas San Silvestres en una pero ese espíritu de reencuentros y amigos es lo que le hace tener el éxito que siempre ha tenido y que esperamos que se mantenga durante mucho tiempo”.

Desde hace unos años, para Moisés la San Silvestre está íntimamente ligada a su hijo Pablo: “Últimamente la corro con mi hijo Pablo que va en silla de ruedas. Nos hace mucha ilusión correr juntos y además desde hace unos años nos acompaña una bici de los Amigos de la Bici con un cartel que pone el nombre de Pablo”. Este salmantino se emociona al recordar los momentos que año tras año viven padre e hijo por las calles de la ciudad: “A Pablo le conoce muchísima gente y es espectacular. Hay tramos del recorrido donde se te ponen los pelos de punta e incluso se escapa alguna lágrima que no se nota porque se mezcla con el sudor. Es muy emocionante”.

“Pablo pone el entusiasmo, la alegría y la emoción, y yo pongo las piernas por los dos”, afirma Moisés Muñoz, quien agradece el apoyo que dan los espectadores desde las aceras: “Es impresionante todos los ánimos que recibimos. La gente se alborota de tal manera cuando pasamos que se pone la piel de gallina. En alguna ocasión Pablo se gira hacia mí buscando una complicidad. Es indescriptible con palabras”.

En esta edición de 2024 su otro hijo quiere formar parte de esa experiencia única: “En alguna ocasión hemos corrido los tres juntos pero este año me ha dicho: ‘Papá, si no te importa quiero correr este año con Pablo’. Para mí no es ningún problema porque disfruto tanto o más viéndolos a los dos juntos que corriendo yo. Ese es el verdadero espíritu de la San Silvestre. Ese carácter sentimental y familiar es lo que hace única a la San Silvestre de Salamanca”.