A más de 1.000 metros de altitud, entre la Serra Serrada y la de Nogueira
Montesinho es un nido protegido por huertos donde crecen calabazas a pie de tierra y col portuguesa sobre altos tallos.
En esta silenciosa y apartada aldea al lado de la comarca de Sanabria las estaciones están bien marcadas y el invierno puede dejar estampas en blanco y negro, blanco por el manto de nieve y negro por los tejados de pizarra de las casas.
En pleno Parque Natural de Montesinho, entre la sierra de la Culebra, la de Serrada y la de Nogueira, esta aldea es un primor de la arquitectura rural trasmontana, donde habitan apenas unas 40 personas durante todo el año.
Balconadas de madera, voladizos y escalinatas en la fachada exterior son elementos que encontramos en la mayoría de las casas, varias de ellas dedicadas al turismo rural, a pesar del pequeño tamaño del pueblo.
La ruralidad y autenticidad de Montesinho son evidentes y también su mayor tesoro. La Miel Ecológica del Parque Natural de Montesinho tiene denominación de origen protegida y fue considerada una de las 7 Maravillas Dulces de Portugal en 2019.
Esta comarca del nordeste portugués vive hoy en día del turismo, la agricultura y el fumeiro (los embutidos del norte montañoso de Portugal son muy bien valorados por los consumidores portugueses).
El curso alto del río Sabor nos acompaña en el ascenso a Montesinho. Por estas fechas, este pueblo protegido aparece alguna mañana vestido de blanco, exaltando la pureza de sus montañas redondeadas.
Montesinho está a las puertas de Bragança y de la frontera zamorana, a 23 km de Bragança y a 28 de Puebla de Sanabria. Está integrado en la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica, que abarca territorios del nordeste trasmontano, de Zamora y de Salamanca.