Bajo su responsabilidad se encuentra toda la gestión del tráfico en la ciudad de Salamanca, además de la señalización y la zona de bajas emisiones, entre otras
Ángel Domínguez es el jefe de Movilidad de la Policía Local de Salamanca. Entre sus múltiples e imprescindibles funciones se encuentran la gestión del tráfico en la ciudad de Salamanca, el control de los semáforos, la señalización horizontal y vertical, la zona de bajas emisiones, el transporte público, el transporte urbano, las ocupaciones de la vía pública, tarjeta de discapacidad, vados… Domínguez habla con SALAMANCArtv AL DÍA justo antes de iniciarse un control preventivo de documentación a cargo la Policía Local.
- ¿Cómo se llega a esta especialización para este puesto?
- Yo he partido desde la Policía Local, aunque los perfiles profesionales desde los que se llega es a través de diferentes vías. Pero es cierto que por diferentes legislaciones nacionales, la competencia de la ordenación, regulación, señalización y dirección del tráfico dentro de los cascos urbanos le corresponde a las policías locales. Entonces, digamos, es lo natural, lo lógico, que una persona que provenga de Policía Local sea la responsable de los departamentos de movilidad o servicios de tráfico, porque puede tener diferentes denominaciones en función de cada ciudad.
- ¿Cómo se coordina toda esta amplia gama de responsabilidades?
- Bueno, pues con bastante naturalidad, porque es verdad que todas ellas están intercomunicadas. Es cierto que no en todas las ciudades nos organizamos de la misma forma. Aquí hemos apostado por este sistema, y es un sistema que funciona bien desde el aspecto práctico, puesto que al depender todas las cuestiones de una misma persona, con un mismo equipo, es mucho más fácil organizarla.
- Pónganos un ejemplo.
- Imaginemos… Si autorizamos un corte de un carril porque hay que hacer unos trabajos o porque ha habido una avería en la red de agua, tenemos que desviar las rutas del autobús. Al tener la competencia del autobús, directamente ordenas la modificación del recorrido habitual, modificas el reparto de los semáforos del entorno que puedan afectar, pides que vengan agentes a atender circulación. Al final todas las cuestiones están intercomunicadas.
- En todo ese control se antoja fundamental la sala de cámaras que controlan toda la ciudad. ¿Cuánto ayuda esa sala para todo lo que hemos hablado?
- El Centro de Control de Tráfico en Salamanca es esencial. Podemos decir que es el corazón o la cabeza del funcionamiento de la organización del tráfico de la ciudad. Desde allí recogemos, por ejemplo, de manera preventiva todo lo que vamos a tener al día siguiente y ya trabajamos con una previsión del día anterior al menos. Tenemos en cuenta los eventos que vamos a tener, cómo nos va a afectar al tráfico, gestionamos las ocupaciones de vía pública, qué incidencias vamos a tener sobre los viales, qué calles van a estar cortadas, cuáles van a tener estrechamientos, cuáles van a sufrir modificaciones... Todo eso nos hace que preparamos los semáforos con los ciclos y con los repartos correspondientes en función de lo que estamos esperando.
- Otro de los puntos clave es el tráfico. ¿Cuál es la situación en la ciudad?
- El tráfico es absolutamente dinámico. No es lo mismo que estemos hablando de tráfico en verano, que tráfico en invierno, que un día de fiesta, un día de diario, que un horario diurno, un horario nocturno, una hora valle, una hora punta… Va modificándose a lo largo del día muchas veces. Entonces nosotros hacemos unas previsiones, lo tenemos todo informatizado, y luego después, atendiendo a estas situaciones preventivas, vamos marcando exactamente qué modificaciones tenemos que hacer para atender todo eso. Y luego también, por supuesto, una reactiva, porque trabajamos a tiempo real. Siempre hay personal allí, trabajamos 24/7, y cualquier incidencia, una avería que ha surgido de manera inesperada, un accidente de tráfico… Todas esas cosas van condicionando todo lo que es el funcionamiento del tráfico.
- ¿Cuáles son las horas más conflictivas del tráfico en Salamanca?
- Los momentos más álgidos son por la mañana primera en torno a las 8, luego a partir de las 14:15 horas, por ahí en ese horario mediodía. Después tenemos otra hora clave coincidiendo ya con el horario de finalización de comercio en torno a las 8 de la tarde.
- Salamanca es una ciudad que ha reducido considerablemente el número de accidentes. ¿A qué cree que se debe?
- Sí, claramente se ha reducido pero hay muchos factores. No podemos abordar un problema de gestión del tráfico de la seguridad vial solamente desde un enfoque. Todas las actuaciones que se vienen haciendo, y son muchas, llevan a un resultado como este. Desde la práctica de un control preventivo de documentación a por supuesto la reducción de la velocidad, cómo vamos abordando la coordinación de los semáforos y la concienciación de ciudadanía.
- Imagino que están satisfechos con esa reducción de los accidentes y de las incidencias
- Siempre, pero por sistema nunca vamos a estar contentos. Nosotros siempre vamos a buscar más. Siempre estamos pensando en lo que tenemos pendiente por hacer o en aquello que podemos mejorar. Un accidente siempre es una desgracia, es una cosa que evidentemente es muy difícil llegar a un ‘accidente cero’, pero eso es a lo que aspiramos. Estamos contentos de la evolución, que siempre es una evolución hacia positivo, por fortuna, que no es fácil, pero nunca nos quedamos en la autocomplacencia de decir bueno, como tengo un mejor resultado del año pasado, ya me quedo aquí. No, ni mucho menos. Hay que seguir trabajando y trabajando para reducir todavía más.
- ¿Cuáles siguen siendo esos retos a los que se enfrentan a diario?
- Todo lo que influye, en definitiva, en los accidentes de tráfico. Evidentemente, la velocidad es muy importante. Se ha trabajado mucho respecto a las normas, tanto por parte de los vehículos como de peatones, porque siempre tenemos una especial atención hacia los siniestros viales por la lesividad que causan. Los atropellos siempre nos tienen especialmente pendientes, especialmente preocupados. Y, aunque hemos avanzado mucho, también estamos muy pendientes de los consumos de alcohol.
- ¿Está concienciada la población respecto a este riesgo?
- La verdad es que está bastante más controlado, pero seguimos encontrándonos a algunas personas que les cuesta mucho, que tienen mucha resistencia al cambio. Les cuesta entender y ser conscientes de que no hay que conducir después de haber bebido. También tenemos la parte del consumo de sustancias estupefacientes. Ahora por fortuna tenemos medios para poder controlarlas y verificar que efectivamente se ha producido un consumo. Es un aspecto contra el que se está luchando de manera decidida.
- Entonces, entiendo que las mayores infracciones y la mayor parte de denuncias vienen como consecuencia de este tipo de actitudes.
- Sí, además de los excesos de velocidad y las distracciones al volante. Ahora tenemos las nuevas tecnologías, las consultas a los teléfonos móviles que hacen perder la atención de la conducción, que son también de las consecuencias que producen más accidentes.