A lo largo de las dos últimas décadas, ambas bodegas han ido adaptándose a los tiempos y a la demanda de un público cada vez más exigente, dando como resultado vinos singulares y genuinos de contrastada calidad
Las bodegas de la Soc. Coop. Arribes del Duero, en Corporario (Aldeadávila de la Ribera), y Viña Romana, en Villarino de los Aires, son las más representativas de la D.O. Arribes en su vertiente salmantina; son, sin discusión, las de una mayor tradición vinícola y las que alcanzan mayor volumen de producción. A lo largo de las dos últimas décadas, ambas bodegas han ido adaptándose a los tiempos y a la demanda de un público cada vez más exigente, dando como resultado vinos singulares y genuinos de contrastada calidad, como lo demuestran los premios obtenidos en distintos concursos y las puntuaciones logradas en referentes del vino como la Guía Peñín, donde Arribes del Duero y Viña Romana poseen varios vinos con 90 o más puntos.
En la bodega de Arribes del Duero, sus 130 socios, aunque el número real de viticultores en actividad no excede de 40, en su mayoría de Corporario, Aldeadávila, Masueco, Pereña y Villarino, han metido este año en sus instalaciones 220.000 kilos de uva, una cifra inferior a los 350.000 kilos en un año normal debido a las condiciones climatológicas, aunque la cosecha 2024 ”ha sido de calidad excelente”, señala su presidente Ernesto Egido, quien confía en que “este año obtendremos vinos espectaculares”.
La Soc. Coop. Arribes del Duero elabora una amplia gama de vinos divididos en dos líneas, una más comercial bajo el nombre Pagos de Valillera y “pensado para menús”, y la gama alta con el nombre Arribes de Vettonia, línea en la que ofrece desde un blanco joven a tintos reserva, abarcando caldos elaborados con variedades específicas como malvasía, rufete, juan garcía o bruñal, está ultima santo y seña de la D.O. Arribes.
Entre sus vinos más reconocidos se encuentra el blanco joven de malvasía que “este año será espectacular”, y al que se suma el blanco en barrica, mucho más complejo. Además del tinto joven, Arribes del Duero posee una amplia variedad de vinos que se distinguen por la variedad de uva y tiempo de envejecimiento en barrica hasta lograr vinos crianza y reserva de 4 y 8 años 100% bruñal. Esto es posible a la selección que realizan los viticultores durante la vendimia, “por variedad y parcela”.
Además de blancos y tintos, otro vino destacado es el Arribes de Vettonia rosado procedente de viñas de más de 100 años, aunque “de las 160.000 botellas que vendemos al año”, Ernesto Egido destaca “tres grandes vinos” por su demanda en el mercado y que son el Arribes de Vetonia blanco joven, de Malvasía; el rosado de viñedos viejos y el crianza Arribes de Vettonia”, aunque por ser para un público más selecto, el presidente de Arribes del Duero destaca los más de 90 puntos obtenidos en la Guía Peñín por sus dos reservas Arribes de Vettonia (juan garcía) y El Secreto del Vettón (bruñal).
En el ‘debe’ de Arribes del Duero, como en el conjunto de las bodegas de la D.O. Arribes, se encuentra el escaso interés del público salmantino por los vinos de este marchamo, “y no solo de los vinos”, pues como asegura Egido, “hay un desapego absoluto hacia los productos de las Arribes”, un hecho que contrasta con lo que sucede en Zamora, ejemplo de promoción de sus productos.
Los principales mercados de la bodega de Corporario están en otros puntos de la geografía española, donde han sabido apreciar la calidad de sus caldos, “incluso nos llevan blanco a Canarias”, destaca Egido, “pero en Salamanca capital no sabemos el motivo por el que no hay aceptación. Tenemos incluso un crianza llamado Charro para que se nos identifique con Salamanca, pero tampoco ha despertado el interés que buscábamos”.
Precisamente, ese desapego del público de la capital salmantina por los vinos y productos de Arribes, en general, está poniendo en riesgo la continuidad de las bodegas asentadas en la provincia, aunque “no solo de las bodegas, también de los viticultores y decenas de hectáreas de viñedos”, toda una cultura ligada al vino que puede desaparecer en dos décadas por la falta de rentabilidad para los viticultores y relevo generacional, lo que cambiaría drásticamente el paisaje del Parque Natural Arribes del Duero y Reserva de la Biosfera ‘Meseta Ibérica’, lugar en el que se asientan desde hace siglos.
Con números más modestos se encuentra la Bodega Viña Romana, en Villarino de los Aires, este año con cerca de 35.000 kilos de uva, “un 40% menos que un año normal”, estimaba su gerente José Luis Flores.
Sobre la causa de este fuerte descenso de la cosecha, el gerente de Bodegas Viña Romana señalaba “la fuerte helada que nos cayó el 23 de abril, pero lo que quedó nos ha venido muy sano”, por lo que vaticinaba que “va ser muy buena cosecha”.
Todos los vinos elaborados por Viña Romana son caldos envejecidos en barrica con las variedades juan garcía y bruñal como principales, y con las que ha logrado puntuaciones destacadas por encima de los 90 puntos en la Guía Peñin, aspecto en el que influye la vejez de sus cepas, pues más del 80% de los viñedos sobrepasan los 80 años de antigüedad.
Viña Romana se centra en vinos de alta gama, la cual comienza con el Victoria Roble envejecido y con la variedad juan garcía como protagonista. A continuación se encuentra Heredad del Viejo Imperio, donde la juan garcía se somete a un envejecido en barrica más prolongado. Winner Premium es un coupage de juan garcía y bruñal con 14 meses en barrica, espectacular y complejo; y al que sigue el bruñal 100% de Heredad del Viejo Imperio Selección, 18 meses en barrica y uno de los vinos con 90 puntos en la Guía Peñin.
Su buque insignia es Botón Real, un vino elaborado 100% con la variedad bruñal de la añada 2011, la mejor de la historia de la D.O. Arribes, y envejecido en barricas de roble francés durante 24 meses. Para su continente, Bodegas Viña Romana diseñó una botella que identifica la tierra de donde surge su interior, por lo que añade a su etiquetado un botón charro realizado en plata y de donde nace el nombre de Botón Real, incrustado también con todas sus letras en plata. Asimismo, y como no podía ser de otra manera, la serigrafía de la contraetiqueta está horneada a más de 800 grados centígrados. Elementos todos ellos que convierten a este vino en un regalo de emperesa perfecto para estas navidades.
El trabajo y esfuerzo de José Luis Flores y Maribel Montes, propietarios de Viña Romana, en estos años se ha visto recompensado con una excelente acogida de sus vinos, y no solo en el mercado nacional sino también en países de la UE, Estados Unidos e incluso China, mercado incipiente al que Viña Romana ha adaptado sus vinos de acuerdo a las preferencias del mercado asiático.
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