La letrada del encausado y la fiscal del caso, que inicialmente solicitaba una condena de un año de cárcel, han pactado la sentencia de conformidad
Seis meses de cárcel es la condena que ha sido pactada este miércoles por Mariano H.P, el septuagenario que en junio de 2023 se presentó en un bar de la capital vallisoletana donde, tras tomarse un vino que no pagó, tuvo un rifirrafe con una camarera salvadoreña a la que, entre otras lindezas, 'invitó' a volver a su país en una patera.
El juicio contra el acusado, que en diciembre cumplirá 76 años, no ha llegado a celebrase en la Audiencia Provincial debido a que momentos antes de su inicio la letrada del encausado y la fiscal del caso, que inicialmente solicitaba una condena de un año de cárcel, han pactado una sentencia de conformidad consistente en seis meses de privación de libertad por delito de odio en concurso de normas con otro delito contra la integridad moral.
La ejecución de la condena, que ha sido anticipada 'in voce' por el presidente del tribunal, ha quedado suspendida por espacio de dos años, periodo en el que el condenado no podrá volver a delinquir, ya que en caso contrario, como así ha advertido el magistrado, el septuagenario deberá cumplir la presente condena y la venidera por el nuevo delito.
Además de los seis meses de prisión, la sentencia incluye la inhabilitación del anciano por tres años y medio para profesión u oficio educativo, en el ámbito deportivo y de tiempo libre, la prohibición de aproximarse a la víctima a no menos de 150 metros y a comunicar con ella por espacio de dos años, junto con la realización de un curso de igualdad y no discriminación.
En concepto de responsabilidad civil, el condenado habrá además de indemnizar a la camarera con mil euros por los daños morales ocasionados.
Los hechos reconocidos por el acusado se remontan al día 4 de junio de 2023 cuando, sobre las 14.00 horas, acudió al bar Taberna Castiza, sito en la calle Nueva del Carmen, donde pidió un vino y poco después abandonó el establecimiento sin abonar la consumición.
Regresó al bar ese mismo día, sobre las 21.00 horas, donde volvió a pedir otro vino. La camarera, de origen salvadoreño, le indicó que le iba a cobrar ese caldo y el anterior que había dejado sin pagar, advertencia a la que ya el acusado respondió con una negativa inicial para acto seguido, como así ha reconocido, tratar de humillar a la trabajadora por ser extranjera.
"¡Puta sinvergüenza, estás aquí chupando del bote, todas las latinas sois iguales, eres una asquerosa que sólo me pones sobras", son algunas de las frases que dirigió el acusado a la camarera, quien logró finalmente que el cliente abandonara el establecimiento tras pedírselo de forma insistente.
Pero el condenado volvió una tercera vez, hora y cuarto más tarde, y se dirigió nuevamente en tono ofensivo a la misma trabajadora, que se encontraba en ese momento barriendo la terraza y a la que trasladó improperios del siguiente tenor: "¡Voy a ir a Extranjería a ver si estás ilegal y me voy a encargar de que te echen a tu puto país, ojalá gane VOX y os metan en pateras para echaros a vuestro puto país!", similares frases que había ya dirigido anteriormente en fechas indeterminadas a la misma camarera y otra compañera de ésta, también extranjera.
La situación descrita y las expresiones atribuidas al encausado han provocado en la perjudicada sentimientos de humillación y menoscabo en su dignidad, así como ansiedad y miedo ante una posible reiteración de los hechos.