En la práctica participaban más de medio centenar de agentes de distintas unidades del Cuerpo benemérito, además de vecinos que se prestaron a hacer de rehenes e incluso de personas heridas
Más que sorprendidas se habrán quedado las personas que este miércoles se acercaban a Vitigudino a realizar sus compras y gestiones, también muchos de los vecinos que desconocían el motivo por el que su pueblo estaba tomado por numerosos agentes de la Guardia Civil.
En realidad no se trataba de ningún suceso grave, ni siquiera real, aunque lo pareciera, porque el simulacro en el que participaban más de medio centenar de agentes de distintas unidades daba la sensación de que Vitigudino estaba viviendo un auténtico ataque terrorista con rehenes.
Bajo el mando del capitán de la demarcación de Vitigudino, Carlos Rodríguez, unidades de la Compañía de Vitigudino, el equipo Pegaso con un dron, dos agentes de la TEByL (unidad de desactivación y búsqueda de explosivos) y agentes de la Usecic (Unidad de Seguridad Ciudadana) tomaban posiciones en la Plaza de España de Vitigudino tras el aviso de un ciudadano recibido en el COS en el que alertaba de un ataque terrorista.
A partir de ese momento se movilizaban todas las patrullas en función de un posible ataque, por lo que para conocer la naturaleza de la amenaza se desplazaban hasta el lugar patrullas de seguridad ciudadana, quienes evaluaban la situación, puesto avanzado con el capitán de Vitigudino al mando, encargado de evaluar la situación y a partir de ese momento procede a solicitar las unidades necesarias para neutralizar la posible amenaza. La supervisión de las operaciones corría a cargo de la sala de crisis y su órgano de dirección, estando este último formado por el teniente coronel Jefe de la Comandancia, Pedro Merino, y la subdelegada accidental del Gobierno en Salamanca, Rosa López.
De este modo, dos terroristas se adentraban en el Ayuntamiento y en la iglesia parroquial haciéndose con varios rehenes vecinos de la localidad, y con la amenaza de sendos artefactos explosivos, una caja y un chaleco bomba, aunque felizmente la amenaza era falsa. El simulacro finalizó con una quincena de rehenes liberados, tres civiles muertos, uno de los terroristas abatido y otro detenido, todo bajo un minucioso procedimiento del operativo de seguridad.
Como señalaban desde el Instituto armado, este tipo de ejercicios tienen como finalidad “pulir posibles errores que puedan surgir cuando se trate de una situación real”, conocer los errores cometidos y qué se puede mejorar para “actuar perfectamente, que no haya ningún tipo de problema y poder resolver la situación rápida y de la mejor manera posible”.
Además de ejercicio de entrenamiento para las unidades de la Guardia Civil, simulacros como este sirven también de acercamiento a la ciudadanía, “que sepa que estamos ahí, que sepa que si sucede algo de este tipo pueden llamar perfectamente a la Guardia Civil y les vamos a atender y que se van a poner todos los medios disponibles, aunque sea en un pueblecito”.
Por ello, desde el Cuerpo benemérito valoraban como “muy importante” la colaboración ciudadana y agradecían expresamente el grado de implicación del Ayuntamiento de Vitigudino, que “ha colaborado plenamente con la Guardia Civil en facilitarnos todo lo necesario para poder realizar la práctica, y a la ciudadanía que se han prestado como voluntarios, como atrezo, como personas heridas o rehenes”.