Una región donde la naturaleza se convierte en protagonista, donde la historia y el paisaje se entrelazan para narrarnos un relato inolvidable
¿Necesitas parar y tomar un tiempo para ti y reconectar con el entorno natural? Castilla y León es perfecta. Bosques, ríos, montañas... todo emociona: monumentos de gran interés, yacimientos arqueológicos, ciudades patrimonio de la humanidad, rutas por los conjuntos históricos y artísticos o sus más de 40 espacios naturales te están esperando.
Una región donde la naturaleza se convierte en protagonista, donde la historia y el paisaje se entrelazan para narrarnos un relato inolvidable.
Castilla y León cautiva al visitante con sus paisajes inolvidables y su riqueza medioambiental. En esta tierra de contrastes, desde las altas cumbres de sus cordilleras hasta los humedales serenos y los ríos sinuosos, cada rincón ofrece un santuario para una increíble variedad de vida silvestre y ecosistemas únicos.
La comunidad se erige como una de las regiones con mayor índice de biodiversidad de la Unión Europea: su gran variedad de ecosistemas permite la vida a un importante número de especies animales y vegetales.
No en vano, la región destaca en el conjunto de Europa Occidental como la mayor unidad natural, con valores únicos de tipo paisajístico, cultural, histórico, etnográfico y por supuesto medioambiental.
Y eso es, al tiempo, un reto y una oportunidad para las comunidades que habitan esos espacios, desde el punto de vista de la conservación, la gestión y el turismo sostenible.
Una conservación que se articula a través de las diversas figuras de reconocimiento y protección existentes en el territorio a nivel regional, nacional, europeo y mundial: la Red de Áreas Naturales Protegidas.
Para garantizar la conservación de este inmenso patrimonio natural, en el año 1991 se creó la Red de Espacios Naturales de Castilla y León (REN), a la que se han incorporado otras medidas de protección como la Red Natura 2000, creada en el año 1992 por la Comisión Europea para establecer qué áreas precisan estrategias de conservación de la biodiversidad, a través de regulaciones específicas según sus características: las Zonas Especiales de Conservación (ZEC), y las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). En Castilla y León comprende una extensión de más de 2,4 millones de hectáreas, lo que supone hasta el 2,37 % de toda la Red Natura 2000 de Europa.
Una protección que comprende riberas, lagunas, cordilleras o bosques, que se suma a otras iniciativas de protección paisajística y medioambiental como los geoparques de la UNESCO, los parques naturales y nacionales, el Proyecto LIFE y un extenso etcétera. Ambas figuras de protección, junto con la Red de Zonas Naturales de Interés Especial, conforman la Red de Áreas Naturales Protegidas (RANP), integrada en la Ley 4/2015, del Patrimonio Natural de Castilla y León.
No solo es un paraíso para los amantes de la naturaleza, sino también un ejemplo de compromiso con la conservación y la sostenibilidad. Con un extenso territorio protegido y una amplia red de senderos y áreas de observación de aves, la región se posiciona como un líder en ecoturismo europeo.
El turismo en estas reservas y espacios protegidos la constituye no solo una experiencia inolvidable para quienes buscan conectar con la naturaleza, sino también una fuente de ingresos para las comunidades locales. Tal y como explican desde la Fundación Patrimonio Natural, “el ciudadano demanda cada vez más sostenibilidad y los destinos están haciendo un gran esfuerzo para que así sea”, una realidad que tiene su reflejo en las cifras.
Castilla y León recibía en 2005 algo más de 1 millón de visitantes a las Casas Parque y espacios protegidos, fecha en la que comenzaron a recabarse datos oficiales.
En 2007, el número de visitantes alcanzó su máximo, con 1.751.231. En 2019 los datos se mantenían con 1.521.283 turistas, una cifra que disminuyó a partir de la pandemia para volver después a una tendencia ascendente, con 1.214.368 en 2022.
No es de extrañar que los espacios protegidos de Castilla y León empiecen a ocupar una posición notoria para el turismo del país, al ser una de las superficies más amplias dentro de la Unión Europea.
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