El escritor y crítico regresa a Salamanca para hablar de la narrativa actual castellana y leonesa.
A José Ignacio García le conocen los lectores por su prosa que ya forma parte de esta narrativa que tan bien analiza en su recorrido panorámico por las letras de Castilla y León, tarea encomendada por El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua que ha vuelto a ver en él a uno de sus mejores críticos. Porque en un mundo en el que los poderes económicos y políticos les marcan el paso, José Ignacio García hace gala de una saludable libertad no sujeta a ningún interés más que el de hacer disfrutar al lector del periódico ABC, de la Nueva Crónica de León, o a los oyentes de los programas de radio de aquello que lee. En cierto modo, García ha reinventado el género de la crítica literaria para incluir e incluirse con una prosa rigurosa y a la vez divulgativa que se sirve del ejemplo, del conocimiento y de su propia vivencia para hablar de los libros que disfruta.
Porque de eso se trata, de disfrutar, de ejercer el trabajo de la crítica con admiración, conocimiento, belleza literaria y pericia. De ahí que sus conferencias sobre los autores de la tierra tengan la virtud de hacer que el oyente apunte sus sugerencias y sienta el deseo de leer a los autores que reseña. Reseñas, que en su tarea de crítico literario abarcan toda la narrativa española, pero que en estas conferencias tituladas certeramente “El futuro está escrito” continuación de las que impartió el año pasado, se solaza en los escritores castellano y leoneses. Ese futuro que ya es presente.
Traza José Ignacio los mapas de la panorámica actual de nuestras letras con sus excelentes instrumentos de navegación y hay que felicitar al Instituto Castellano y Leonés de la Lengua por la iniciativa. Escritor, editor, antólogo, gestor cultural que coordina el Certamen Internacional de Relato Breve “Cuéntame Portillo” donde también organiza la Feria del libro, junto con la de Medina del Campo, su tarea crítica ha sido recogida en un libro que ahonda en su tarea a la manera de los “Solos de Clarín”, porque su tarea merece la compilación en forma de 26 soldaditos de plomo, penúltimo libro de su trayectoria que ahora se cierra con una compilación de sus mejores relatos, Donde siempre es invierno, hermoso volumen cuya portada pertenece a la artista salmantina Carmen Borrego.
Pero no viene a Salamanca José Ignacio García a hablar “de su libro”, sino a trazar los mapas de la narrativa más actual de la región. Y lo hace con una comparación ferroviaria: en su visión, que se inicia emocionada con el recuerdo de José Antonio Abella, nuestro gran artista recientemente fallecido, llega a la conclusión de que, en el relevo generacional de las grandes voces narrativas castellano y leonesas como Mateo Díez, Merino, Llamazares, Jambrina, no hay demasiadas voces jóvenes, ese “interrail” aventurero y experimental que puede tener como viajeros a Ana Flecha y a Juan José Nieto, a Raquel Delgado o Alberto R. Torices, de los que nos habla con sabiduría.
Jóvenes autores de los que podemos esperar mucho mientras nos dedicamos a nombres que van consagrándose con cada título. Son los trenes de media distancia, conocidos fuera de la región. Nombres como el de Alejandro Cuevas, que tanto hace reír al público con su prosa feroz que se hace poética en Susana Barragués, autores como el enfant terrible de nuestras letras como Luis Artigues, provocador y reconocido autor de ciencia ficción. Un campo cercano a la que es para José Ignacio García la voz más deslumbrante de está nómina, y por ende, nuestra, salmantina de Béjar: Beatriz Alcaná, reciente Premio Ciudad de Salamanca de novela y además capaz de publicar en un año tres títulos que fascinan a lectores y deslumbran a la crítica. Un nombre emergente que se une a la ya consagrada Mar Sancho, a Noemí Sabugal, quien mezcla el ensayo, la narrativa y el periodismo de una forma magistral y única y Rubén Abella, fotógrafo, viajero, aventurero, excelente autor de microrrelatos y espléndido narrador.
Qué necesario es este mosaico de grandes nombres para que la “insularidad” cultural salmantina que a veces padecemos se rompa y conozcamos a los autores de nuestra región, disfrutemos de su escritura y sepamos admirar lo nuestro en una tierra de narradores de fuste que, en el caso de Beatriz Alcaná, tenemos el privilegio de sentir cerca. Una pléyade brillante, variada, original, nuestra, donde deslumbran las voces y se mantiene viva la fecunda veta de una tierra literaria. El futuro escrito tiene un nombre que lo recorre en viaje generoso: el de un escritor dedicado a otros escritores, un narrador dispuesto a narrarnos, una mirada dispuesta a mirarnos, la de José Ignacio García.
Charo Alonso / Fotografía: Carmen Borrego.