El viernes íbamos al cementerio a honrar a nuestros muertos. Mi padre que murió con 67 años empezando la jubilación. Mi abuela, mis abuelos y mi suegro.
Este año llevamos crisantemos blancos en señal de respeto, eternidad, espiritualidad y pureza.
Era un día de los Santos distinto. Lo individual pasaba a un segundo plano ante la desolación de los afectados por la DANA en Valencia. Los que venimos del mundo Escolapio tenemos personas cercanas afectadas. El colegio de Algemesí, el más afectado. La solidaridad lo que más trasciende. El heroico esfuerzo que están haciendo para que los niños puedan volver al colegio cuanto antes es admirable.
Yo le comentaba a su director por redes que si antes ya eran familia ahora lo serán mucho más. Dentro de toda esta desgracia lo positivo es que las personas saquen su mejor versión.
Todos debemos ser generosos con la ayuda porque entre todos tocamos a algo asequible.
Aquí ha sido la naturaleza la que nos pone a prueba, mientras sigue la guerra de Gaza y Ucrania, donde los poderes fácticos influyen en genocidios.
Las catástrofes climáticas aumentan porque aumenta el calor medio de la Tierra, por nuestras exageradas combustiones donde el dióxido de carbono entre otros gases aumenta el necesario efecto invernadero muy por encima de lo adecuado. Aumenta la entropía y el desorden del mosaico climático. Las gotas frías se extraen de las corrientes del chorro en altura por los frentes y en este caso han producido un tren de tormentas incalculable.
No es momento de buscar culpables , me parece algo inevitable. Aunque las alarmas hubieran sonado antes qué podía haber hecho la gente, no podemos calcular cuántos más se hubieran salvado. Pero si aprender y mejorar los sistemas. El terremoto de Lisboa de 1755 que causó más de 60.000 muertos un uno de noviembre sembró las bases de la nueva sismología. Ciertamente los políticos en estos momentos y en este país han perdido credibilidad.
Una vez más se demuestra que la esperanza está en el pueblo llano, que el poder corrompe y deshumaniza, las mejoras sociales vendrán desde abajo.
Valencia saldrá a flote. Volverán a celebrar sus fallas donde ya aprenden a volver a construir belleza después del fuego. Sus paellas solidarias en estos momentos cogerán su mejor sabor. Sus envidiables playas seguirán siendo visitadas y sus naranjas llegando a nuestras mesas. Ánimo amigos valencianos. Una oración y un abrazo.
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