, 22 de diciembre de 2024
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El Centro Parroquial será la sede para la asamblea de inicio de curso del Arciprestazgo de Peñaranda-Calvarrasa-Las Villas
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REUNIÓN DE ORGANIZACIÓN

El Centro Parroquial será la sede para la asamblea de inicio de curso del Arciprestazgo de Peñaranda-Calvarrasa-Las Villas

Actualizado 31/10/2024 15:17
Raul Blazquez

Se celebrará este domingo 3 de noviembre

El centro parroquial de Peñaranda acogerá este domingo, 3 de noviembre, la asamblea de inicio de curso del Arciprestazgo de Peñaranda-Calvarrasa-Las Villas. Este encuentro, que se iniciará a las 16:30 horas y tendrá una duración de tres horas, reunirá a “sacerdotes, religiosos, catequistas, profesores de Religión, matrimonios y laicos comprometidos en una jornada abierta para todos los que forman esta Iglesia local y aquellos que deseen conocer más sobre sus actividades y proyectos”, como apunta su arcipreste, José Miguel González.

La asamblea arciprestal tiene tres objetivos: El primero de todos es “iniciar juntos, en sintonía y en comunión con nuestra diócesis, y con la Iglesia Universal el curso pastoral 2024 -2025”. El segundo, “concluir el Año de la Oración y comenzar la preparación al año jubilar 2025 con un tiempo de oración, de oración comunitaria pausada y profunda”. Y el tercero, “presentar las prioridades pastorales de la diócesis y nuestro calendario arciprestal para este curso”, explica González.

Realidades del arciprestazgo

El arciprestazgo de Peñaranda-Calvarrasa-Las Villas, que abarca 46 parroquias rurales en su mayoría, se encuentra ante varios desafíos significativos: la despoblación, el envejecimiento de sus habitantes, la falta de vocaciones y de relevo generacional han hecho que el trabajo pastoral recaiga en tan solo 10 párrocos. La escasez de sacerdotes y la falta de vocaciones son evidentes en la diócesis, que cuenta además con un único seminarista, quien pertenece a este arciprestazgo y es natural de Cantalapiedra. Como señala José Miguel González, esta situación está fomentando “una mayor toma de conciencia de la corresponsabilidad de los laicos en la vida de la Iglesia”. En respuesta, se están formando celebrantes de la palabra que dirigen las celebraciones dominicales en ausencia de un presbítero, y se ha fortalecido también “el compromiso de los catequistas y de los visitadores de enfermos”, que participan activamente en la misión de la Iglesia.