, 22 de diciembre de 2024
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Futuro, dónde estás
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Al cabo de la calle

Futuro, dónde estás

Actualizado 28/09/2024 12:23
Francisco Aguadero

¿Dónde está el futuro de cada uno y de todos en conjunto? El futuro es incierto, por propia naturaleza. También hemos dicho en alguna ocasión que: el futuro ya no es lo que era, aquello esperado a largo plazo; que es el propio presente que deja de serlo, rápidamente, para ser futuro; incluso llegamos a asegurar que el futuro tiene sus raíces en el pasado. ¿Qué pasado? porque el pasado que nos llega tampoco es el que fue, sino el contado. No nos queda otra que seguir reflexionando y buscando respuestas sobre ¿dónde está el futuro? En lo particular, cada uno encontrará su camino hacia el futuro, ya sea en la realidad, la virtualidad o la inteligencia artificial. Aquí nos centraremos en el futuro colectivo.

Para algunos analistas o pensadores, entre los que me encuentro, el futuro está en la diplomacia. A juzgar por una parte de los grandes acontecimientos que se están dando estos días, parece que estamos viviendo la semana de la diplomacia mundial, con la Cumbre del Futuro, la 79.ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y, en el caso de España, el Foro Latinoamérica, Estados Unidos (EE. UU.) y España en la Economía Global.

Aunque todo ello no casa muy bien con otra parte de los tristes acontecimientos que se están dando con las guerras en Oriente Medio entre árabes y judíos, en territorio europeo con Ucrania y Rusia y en África entre facciones ugandesas, por citar algunos de los 96 conflictos que se mantienen activos con los países vecinos. Este contrapunto entre la diplomacia y la guerra es una de las contradicciones de este mundo que actúan como vasos comunicantes. Máxime, teniendo en cuenta que las guerras son, casi siempre, el resultado del fracaso de la diplomacia. Incluso quienes creemos firmemente en la diplomacia como acción para evitar y como recurso para resolver los conflictos, sabemos que la historia está llena de fracasos en ese terreno.

El mundo de hoy, las relaciones y los intercambios, son muy diferentes. Nada o muy poco tienen que ver con las realidades ni el sistema de relaciones que se daba en 1945 cuando, tras la Segunda Guerra Mundial, se creó la ONU como organización multilateral para el buen gobierno del mundo. Estos profundos cambios económicos, tecnológicos y sociales, junto con la propia estructura de funcionamiento de la ONU ya obsoleta, han llevado a la Organización a una cierta inoperancia e incapacidad para hacer cumplir sus resoluciones en aras de evitar los conflictos y el sufrimiento de las personas. Sus agencias funcionan bastante bien, a tenor de los recursos disponibles, pero la ONU está escasamente financiada, de hecho, hay muchos de los 193 países que la componen que ni siquiera pagan sus cuotas (no es el caso de España que es uno de los primeros en pagar).

Más allá del escaso sustento económico, la ONU vive una crisis profunda de identidad y de impotencia para poner orden mundial. Algunos países como Israel, aunque no es el único, se creen tener una especie de impunidad global, de patente de corso, para hacer lo que quieran, saltándose incluso el derecho internacional y humanitario. El brutal belicismo de Benjamín Netanyahu, su primer ministro, no solo desoye las resoluciones de la ONU, sino que, también, ningunea a sus funcionarios, ataca militarmente sus instalaciones y personal de misiones e, incluso, declara persona non grata a su Secretario General, António Guterres.

Por otra parte, la Agenda 20/30 que contempla los Objetivos del Milenio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) está a punto de pasar su ecuador temporal con luces y sombras en sus logros. En este contexto, desde el punto de vista geopolítico, del orden internacional y de las grandes cuestiones que afectan a la Humanidad, Naciones Unidas se planteó abordar una Cumbre del Futuro.

Pero ¿qué es la Cumbre del Futuro? Es un macro evento de máximo nivel en el que se reúnen los dirigentes mundiales, para forjar un nuevo consenso internacional a fin de mejorar el presente y salvaguardar el futuro. Es una oportunidad para restaurar la confianza socavada y evidenciar que la cooperación internacional es necesaria para nuestra supervivencia y que puede alcanzar los objetivos acordados, haciendo frente a nuevas amenazas y oportunidades emergentes.

Se trata de una Cumbre histórica de la ONU, realizada en Nueva York durante los días 22 y 23 de septiembre de 2024, precedida de dos jornadas de acción, dónde se ha adoptado por consenso (aunque siete países tienen algunas reservas, no aprobadas en una enmienda de última hora) el Pacto para el Futuro, incluyendo cinco grandes áreas: desarrollo sostenible, paz y seguridad internacionales, ciencia y tecnología, juventud y generaciones futuras, transformación de la gobernanza global. Un Pacto que según la propia ONU cambiará las reglas del juego internacional, importancia de la cual no se han hecho eco los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones.

La transformación de la gobernanza global afecta a la arquitectura y al futuro de Naciones Unidas. Conlleva un debate sobre su propia capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos, siguiendo la senda del multilateralismo y no sucumbir al eufemismo de los fuertes liderazgos que en el fondo son dictaduras disfrazadas. En esos cambios para la adaptabilidad de los tiempos, toman especial consideración una representatividad justa y equilibrada de Sudamérica y África, así como modificaciones necesarias en cuanto a la composición y el poder de veto del que disponen China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos en el Consejo de Seguridad.

Puede parecer ilusorio pretender cambiar ese poder de veto, pero se deben encontrar espacios para limitar el poder absolutorio que encierra. ¿Podrá Naciones Unidas adaptarse a los nuevos tiempos? El escepticismo nos embarga, aunque nos va en ello el futuro. Comparto las palabras de Guterres en la sesión inaugural de la citada Asamblea General de las Naciones Unidas cuando dice: “No podemos crear un futuro adecuado para nuestros nietos con un sistema construido por nuestros abuelos”.

Escuchemos Hola, Futuro — Un Corazón :

https://www.youtube.com/watch?v=asEkFJnFd1k

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© Francisco Aguadero Fernández, 27 de septiembre de 2024

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