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Las secuelas de la EHE siguen azotando el campo: "Hay un porcentaje muy alto de animales que no están pariendo"
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Las secuelas de la EHE siguen azotando el campo: "Hay un porcentaje muy alto de animales que no están pariendo"

Actualizado 26/09/2024 09:30
Toni Sánchez

La infertilidad de las vacas que estuvieron contagiadas y, por tanto, la ausencia de terneros, pone en jaque al sector. La vacuna para la enfermedad, a debate.

La EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica) afectó sobremanera a la cabaña de ganado vacuno durante el pasado verano, produciendo notables pérdidas económicas debido a la reducción de cabezas por la alta mortalidad, ya sea directa o indirecta, a causa de la enfermedad. Ahora que ya está disponible la vacuna para minimizar los efectos de esta enfermedad, SALAMANCArtv AL DÍA habla con Juan Luis Delgado, presidente de ASAJA, para conocer la situación actual en las explotaciones ganaderas de la provincia.

Lo primero en lo que incide el directivo es en que a día de hoy “no hay datos oficiales de quien está vacunando y quien no”, al tiempo que explica: La vacuna ya está disponible para todo aquel ganadero que quiera aplicarla. Donde más se está vacunando es en el norte de la Comunidad y en Cantabria porque es donde la enfermedad no llegó a apretar tanto como lo hizo en Salamanca, Ávila o Zamora. Me consta que aquí en Salamanca se está vacunando muy poco porque la cabaña estuvo muy afectada el año pasado, y eso ha provocado que haya desarrollado anticuerpos”.

La vacuna, de la que se puede disponer de un día para otro, tiene un coste aproximado de diez euros y se compone de dos dosis que se administran con una separación entre ambas de tres semanas. A ese coste hay que sumar el gasto de la aplicación de la misma por parte del veterinario, que siempre será el de la explotación privada. “Ahora hay muy pocos casos de EHE y por eso no se está vacunando”, explica Juan Luis Delgado, quien advierte: “Percibimos que existe cierto miedo en el sector por ser una vacuna nueva. Se puede decir que al haber padecido la enfermedad de forma tan cruel, no tenemos la necesidad de vacunar porque tienen anticuerpos, pero la duda que tenemos es que no sabemos cuánto tiempo va a durar la inmunidad en los animales hasta que pierdan las defensas”. Además, el presidente de ASAJA avanza: “Doy por hecho que de cara a invierno tendremos que vacunar para evitar que pase lo del año pasado y que en primavera el mosquito propague nuevamente la enfermedad”.

Pese a que en este momento no existe un gran número de animales contagiados por la EHE, los ganaderos están padeciendo las graves secuelas de esta enfermedad, algo que preocupa en el sector. El principal problema, tal y como detalla Juan Luis Delgado, es el de la ausencia de parición en las explotaciones: Los animales que padecieron la enfermedad no han parido en este período porque no se quedan preñadas y otras están teniendo muchos problemas en las articulaciones y no pueden caminar. En muchas explotaciones, pese a que el año pasado tuvimos muchas pérdidas de animales, estamos teniendo muchísimos más perjuicios ahora mismo por la falta de crías. El presidente de ASAJA Salamanca da más datos acerca de este problema que azota el campo salmantino: “Una vaca que no pare implica tener que tenerla un año manteniéndola sin que haya producido absolutamente nada. Una vaca se come unos 800 euros de pienso al año y si no vendes el ternero por esos 850 euros para tener ese margen comercial... Sucede que estamos teniendo unas pérdidas considerables ya que hay un porcentaje muy alto de animales que no están pariendo, a lo que hay que sumar todos los que sufrieron abortos el año pasado”.

De cara al futuro más inmediato y sobre la continuidad o no de estos animales en las explotaciones ganaderas debido a su escaso aporte productivo, el directivo manifiesta: “Las vacas que ahora tienen secuelas como consecuencia de la EHE las mantenemos en la explotación para ver si se recuperan, pero a muchas de ellas las tenemos que sacrificar porque van empeorando con el tiempo y no se ven indicios de mejoría. Hay vacas a las que llevamos aguantando un año y no se recuperan. Están así mucho tiempo y al final hay que sacrificarlas porque muchas de ellas acaban inmóviles”.