Entre la opresión y la esperanza. Tiene una idea del hombre como un ser inacabado. No somos seres de adaptación sino de transformación. No buscamos una pedagogía bancaria de depósito de conocimientos, ni una escuela activa de entretenimiento. Buscamos una escuela liberadora. El mejor alumno el que tiene más capacidad de ayudar a los demás.
Por eso la alfabetización no puede hacerse desde arriba hacia abajo, como una donación o una imposición, sino desde dentro hacia fuera, por el propio analfabeto y con la simple colaboración del educador.
El antagonismo entre las dos concepciones de la educación, la bancaria que sirve para la dominación y la problematizadora que sirve para la liberación, se corporifica precisamente ahí. Mientras la primera necesariamente mantiene la contradicción educador-educando, la segunda realiza su superación.
Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo.
Su obra más significativa es “ Pedagogía del oprimido “.
La educación, en verdad, necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopías.
Busca instrumentos para reinventar el mundo. Hay que partir de las experiencias cotidianas de alumno, del profesor y de la gente y realizar una educación no compartimentalizada.
La escuela no es un reducto cerrado, es un “ espacio abierto” de comunicación y acción social. Se hacían círculos de debate como instrumento de participación de la comunidad. La importancia del método radica en descubrir las palabras clave que dan sentido a la vida de las personas ( las denominadas palabras generadoras).
Relaciona la educación formal con la no formal. La escuela no es el único espacio de aprendizaje, está la calle, las redes, la familia…
Una economía incapaz de programarse en función de las necesidades humanas, que convive indiferente con el hambre de millones a quienes todo les es negado, no merece ni mi respeto de educador ni, sobre todo, mi respeto como persona.
Jamás acepté que la práctica educativa debía limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que tenía que incluir la lectura del contexto.
El hombre es un ser de relaciones y no sólo de contactos, no sólo está en el mundo sino con el mundo. De su apertura a la realidad, de donde surge el ser de relaciones que es, resulta esto que llamamos estar con el mundo. Cuando la educación no es liberadora , el sueño del oprimido es convertirse en opresor.
La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor.
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