Toro extraordinario de Garcigrande, al que desoreja Talavante en una gran obra. Roca Rey, en figurón, y un añejo Aguado, le acompañaron en hombros
El cuarto toro lidiado esta tarde en La Glorieta se postula como un firme candidato al 'Toro de Oro'. "Querido", que en los primeros tercios desconcertó a todo el mundo, rompió en la muleta de un Talavante pletórico que lo cuajó de principio a fin. El extremeño cortó dos orejas pese a un pinchazo en la faena más rotunda de la feria. Ambos compartieron el cuadro de honor con un Roca Rey que defendió su condición de máxima figura y triunfó por lo civil en su primero y por lo criminal en el rajado quinto de la tarde, y con un Pablo Aguado que dejó una faena plena de inspiración en el tercero de la tarde, con detalles de toreo muy caro y de otra época.
No dijo nada el cuarto en los primeros compases de la lidia. Hasta el tercio de banderillas no despertó el de Garcigrande. Brindó al público Talavante, que firmó un comienzo de mucho poder toreando por bajo frente a la temperamental y encastada embestida de "Querido". Sobresaliente el extremeño a derechas, rotundo y reunido frente a un gran toro de Garcigrande, que lo único que pedía era orden y mando. Humilló con codicia y bravura, siempre con el hocico por el albero pero sin regalar nada. Muy firme Talavante también al natural, en una faena rotunda en la que hizo de todo, y todo bien. Hubo profundidad, ligazón e improvisación. Y además, emoción. Fundamental para que el público vibrase. Los pases de la firma de Talavante fueron carteles de toros. Hubo petición de indulto, un tanto exagerada, por un sector del público. Se precipitó Talavante con la espada en medio del caos. Mató de estocada contraria al segundo intento y fue premiado con dos orejas.
También pudo tocar pelo el extremeño en el primero de su lote, un toro que llegó muy justo de fuerzas a la muleta, pero con el que Talavante se gustó en el toreo al natural, dibujando muletazos de un gran trazo. Todo a cámara lenta. Echó al traste el esfuerzo con la espada y saludó una ovación.
La tarde de Roca Rey en Salamanca fue de máximo compromiso, defendiendo su estatus de número uno. Una y una debió ser el balance del peruano esta tarde en Salamanca, pero en su primer toro el palco dejó sin premio una labor maciza y sin fisuras salvo el pinchazo previo a la estocada. Noble y repetidor el de Garcigrande en un inicio templado y poderoso de Roca Rey toreando con la mano derecha. Los pases de pecho fueron majestuosos. Un circular invertido por la espalda ligado con uno de pecho hizo rugir la plaza. Autoridad aplastante de Roca Rey en cercanías, mostrando los galones de quien es el líder del escalafón. Se dejó llegar los pitones a los muslos en un epílogo muy emocionante frente al noble Garcigrande.
Su labor frente al rajado y manso quinto nada tuvo que ver con esa primera. En esta ocasión fue todo garra, raza y pundonor Roca Rey, que en terrenos de chiqueros y con una capacidad tremenda consiguió dominar una embestida incierta, correosa y sin entrega. Mató de sensacional volapié tras un final apabullante en cercanías y desató la pasión para cortar dos orejas que premiaron su compromiso y dimensión durante toda la tarde.
Les acompañó en la salida en hombros el sevillano Pablo Aguado, que cortó una oreja en cada uno de sus toros. Todo lo que hizo en el primero de su lote fue primoroso y de un corte antiguo, toreo delicatessen para paladares exquisitos. El saludo a la verónica y el quite por delantales fueron la antesala al comienzo de faena, que sin duda es ya uno de los pasajes de más entidad de la feria. Las tres trincheras y el cambio de mano tuvieron sevillanía, cadencia, despaciosidad y un aire a torero antiguo fuera de lo común. Después aprovechó la nobleza del de Garcigrande para firmar una templada faena que fue rubricada de estocada. En el sexto, y con la tarde a favor de obra, cortó otra oreja tras dejar detalles nuevamente de su gran concepto del toreo frente al noble pero insulso sexto.
Plaza de toros de La Glorieta (Salamanca). Cuarta de abono. Casi lleno en tarde nublada y fresca, con lluvia en el inicio. Toros de Garcigrande. Justos de presentación. Primero noble y con un buen pitón izquierdo. Segundo noble y colaborador. Tercero con transmisión aunque duró poco, aplaudido en el arrastre. El cuarto, extraordinario, premiado con la vuelta al ruedo. Quinto manso, rajado y descastado, pitado en el arrastre. Sexto noble y con calidad.
Alejandro Talavante, de verde botella y oro: ovación y dos orejas
Roca Rey, de tabaco y oro: ovación tras petición y dos orejas
Pablo Aguado, de verde botella y oro: oreja y oreja
PRIMER TORO
Cayendo gotas de lluvia arrancó el cuarto festejo de abono. No pudo Talavante estirarse a la verónica con el primero de Garcigrande, que se quedó muy corto en las telas. No mejoró la condición del astado en el tercio de varas ni en banderillas, echando siempre la cara arriba. El comienzo de faena por bajo limó asperezas al toro. Muy justo de fuerzas "Amoroso", al que pulseó Talavante para robar naturales de muy bella factura. A cámara lenta dibujó el toreo el extremeño por el pitón izquierdo en una faena de exquisito temple que fue rematada de pinchazo y estocada.
SEGUNDO TORO
Alguna verónica de muy buen corte y una chicuelina de mano muy baja dejó Roca Rey en el saludo al segundo de la tarde. Bien Viruta en banderillas. Noble y repetidor el de Garcigrande en un inicio templado y poderoso de Roca Rey toreando con la mano derecha. Los pases de pecho fueron majestuosos. Bajó de intensidad la faena al natural, por donde el peruano toreó con limpieza y largura pero faltó transmisión en la embestida del toro. Un circular invertido por la espalda ligado con uno de pecho hizo rugir la plaza. Autoridad aplastante de Roca Rey en cercanías, mostrando los galones de quien es el líder del escalafón. Se dejó llegar los pitones a los muslos en un epílogo muy emocionante frente al noble Garcigrande. Mató de estoconazo al segundo encuentro y saludó una cerrada ovación tras petición que no fue atendida por el palco.
TERCER TORO
Cadencioso y con un gusto exquisito el toreo de capote a la verónica de Pablo Aguado frente al tercero, de más cuajo que sus hermanos liados en anterior lugar. Quitó por delantales el sevillano, con el toro saliendo con la cara suelta. Soberbio Juan Sierra con las banderillas, desmonterándose tras dos pares de mucho compromiso. El comienzo de Aguado fue de los pasajes más caros de la feria, con tres trincheras de un sabor añejo exquisito y un cambio de mano a cámara lenta. Todo lo hizo con despaciosidad y sevillanía. Una gran armonía entre el sevillano y el de Garcigrande, que apenas duró dos series en las que se pudo paladear el gran concepto del toreo de Aguado. Faena medida que fue rubricada de una gran estocada para cortar la primera oreja de la tarde.
CUARTO TORO
No dijo nada el cuarto en los primeros compases de la lidia. Hasta el tercio de banderillas no despertó el de Garcigrande, desarrollando sentido, aunque ya antes había mostrado cierta querencia a toriles. Brindó al público Talavante, que firmó un comienzo de mucho poder toreando por bajo frente a la temperamental embestida de "Querido". Sobresaliente el extremeño a derechas, rotundo y reunido frente a un gran toro de Garcigrande, que lo único que pedía era orden y mando. Humilló con codicia y bravura, siempre con el hocico por el albero pero sin regalar nada. Muy firme Talavante también al natural, en una faena rotunda en la que hizo de todo, y todo bien. Hubo profundidad, ligazón e improvisación. Y además, emoción. Fundamental para que el público vibrase. Los pases de la firma de Talavante fueron carteles de toros. Hubo petición de indulto, exagerada, por un sector del público. Se precipitó Talavante con la espada en medio del caos. Mató de estocada contraria al segundo intento y fue premiado con dos orejas.
QUINTO TORO
Muy templado Roca Rey con el capote en el quinto, ganando terreno hacia los medios. Muy meritorio el par de banderillas de Antonio Manuel Punta, con el toro pegando arreones a diestro y siniestro. Amagó con rajarse el de Garcigrande nada más que le presentó Roca Rey la muleta. Tras él se fue el peruano para llevárselo a los medios, exponiendo mucho y tragando una barbaridad para someter la violenta e incierta embestida en dos series vibrantes por la derecha. Manso declarado el de Garcigrande, que se fue a chiqueros, donde Roca Rey se puso a torear al natural como si bueno fuese su oponente. Muy firme el espada, en una faena emocionante. Raza de figurón del toreo para triunfar por lo civil o por lo criminal en un epílogo pegado a tablas autoritario por luquesinas. Espadazo de manual para desatar la pasión y cortar dos orejas.
SEXTO TORO
Embistió muy dormido el sexto en el capote de Aguado. Cortó una barbaridad en banderillas por el pitón derecho el de Garcigrande, al que consintió mucho Aguado en un torero comienzo por doblones. Noble pero sin emoción el astado en la muleta del sevillano, que todo lo volvió a hacer con aplomo y mucha prestancia. Puso todo de su parte Aguado en una labor en la que lo más destacado resultó con la mano derecha. El final toreando por ayudados tuvo sabor. Mató de estocada baja y cortó la oreja que certificó la salida en hombros por la Puerta Grande.