Una VPN es una herramienta digital realmente útil, hasta el punto de que se ha vuelto casi indispensable en nuestro día a día online. Las empleamos a diario para proteger la información que compartimos online gracias a su sistema de cifrado, para ocultar nuestra dirección IP y navegar de forma más privada, o para acceder a servicios que no están disponibles en España. Y la lista de funciones de las mejores VPN sigue ampliándose año tras año.
Los servicios ofrecidos por las VPN Premium también pueden incluir herramientas antimalware, filtros antiphishing, y muchas otras características de seguridad digital. Sin embargo, esto implica el pago de una suscripción mensual o anual que no todo el mundo quiere abonar. Aquí es donde las VPN gratis tratan de captar a su clientela, pero ¿qué sentido tiene que una VPN ofrezca sus servicios de forma gratuita?
Una VPN tiene muchos costos a los que debe hacer frente cada mes. Para comenzar, necesita mantener una extensa red de servidores capaz de soportar el tráfico de miles de personas. Esto también implica contratar al personal adecuado para mantener estas redes, por no hablar del desarrollo de su app, el diseño de su web, y sus campañas de marketing. Instalaciones, facturas de la luz, impuestos… ¿Cómo hace una VPN gratis para pagar todo esto?
Especialistas en seguridad digital sugieren que estas VPN se financian con el principal activo del que disponen: los datos de sus usuarios. Las páginas web que visitas, tus hábitos de compra online, e incluso la información de tus chats privados tienen un gran valor en el mundo digital. Se puede emplear para ofrecerte publicidad dirigida, o para hacer análisis del comportamiento de los usuarios de ciertas plataformas con la intención de mejorarlas.
Aún más peligroso es el uso de una VPN desarrollada con fines criminales. Al redirigir todo tu tráfico de internet a través de los servidores de una VPN gratis, sus desarrolladores pueden vulnerar tu privacidad y robar no solo tus datos de navegación, sino también tus contraseñas o la información de tu tarjeta de crédito. En estos casos, las VPN gratuitas son sencillamente herramientas al servicio de ciberdelincuentes.
El robo de tus datos bancarios puede costarte mucho dinero si los hackers aprovechan tu tarjeta para hacer sus propias compras online. Además, también existe el riesgo de que se apropien de tus cuentas en redes sociales como Instagram o Facebook. Esto les permite hacerse pasar por ti para estafar a tus contactos, o, simplemente, arruinar tu reputación. ¿Realmente merece la pena correr este riesgo?
Cuando necesitamos conectarnos a través de una VPN pero no tenemos contratado ningún servicio de este tipo, aún podemos hacer uso de una VPN gratis de forma segura. La clave está en evitar las VPN que son gratuitas por defecto. En lugar de esto, nos conviene optar por una VPN de pago que nos ofrezca una prueba gratuita durante un periodo limitado: generalmente 15 o 30 días protegidos por una garantía de devolución del dinero.
Esta elección nos da la seguridad de una VPN Premium que se financia con las suscripciones de sus usuarios, y no con la venta de sus datos de navegación. Además, es una excelente manera de comprobar la calidad de su servicio antes de comenzar a pagar nuestra suscripción anual, en caso de que queramos contratarla. Y, si preferimos no hacerlo, siempre podemos cancelar la suscripción dentro del periodo de prueba para recibir nuestro reembolso. ¡Así de fácil!
Si bien es cierto que las VPN no se popularizaron tan deprisa como los antivirus, han pasado a ser herramientas de seguridad digital igual de importantes, o incluso más. Los nuevos servicios de almacenamiento en la nube, el crecimiento de las plataformas de streaming, el trabajo remoto, la familiaridad con los pagos en línea… Todo esto traslada el peso de nuestra actividad digital cada vez más lejos de nuestros propios dispositivos, hacia la red de redes.
Al cifrar nuestra conexión y proteger nuestra IP, las VPN se encargan de mantener toda esta información protegida a medida que navegamos. Además, muchas VPN Premium también ofrecen servicios de protección antimalware, sistemas de detección de phishing, e incluso gestores de contraseñas. A la hora de navegar por internet, toda precaución es poca.