Durante la procesión hubo varias peligrosas inclinaciones de la Virgen, pero la que acabó cayendo al suelo fue una mujer a las puertas del templo
Ciudad Rodrigo se puso sus mejores galas en la tarde del domingo para terminar de honrar con motivo de su aparición en el calendario a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Peña de Francia, a quién la Parroquia de San Andrés ha venido mostrando su devoción todos los días desde el pasado 31 de agosto, cuando arrancó la novena en su honor. Precisamente, la novena se cerró en este largo domingo festivo, que se había abierto a primera hora de la mañana con el tradicional Rosario de la Aurora.
La secuencia de actos de la tarde dominical se abrió con una solemne eucaristía en el templo parroquial, que este año fue presidida por el Vicario General de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, José María Rodríguez-Veleiro, quién estuvo acompañado por el párroco Tomás Muñoz Porras, varios sacerdotes más como Víctor Manuel Sevillano y Vidal Rodríguez Encinas, el diácono Daniel Mielgo y un par de monaguillos.
En las primeras filas del templo estuvieron la mayordoma de este año de la Virgen, Marian Cruz, y los miembros de la Corporación asistentes a los actos: el alcalde Marcos Iglesias y los ediles José Manuel Jerez, Ramón Sastre, Paola Martín Muñoz, Víctor Gómez, Vanesa García, Rodrigo Toribio, Rubén Benito, Joana Raquel Veloso, Belén Barco y Carmen Lorenzo. A partir de ahí, la Iglesia estuvo totalmente abarrotada de fieles, para una celebración animada por el tamborilero Juan Antonio Muñoz, quién también puso la música a la posterior procesión.
Este desfile arrancó con la salida del templo de la imagen de la Virgen, algo en lo que contribuyeron varios concejales del Equipo de Gobierno. Los encargados de portar la imagen durante la mayor parte del recorrido fueron costaleros de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración (que suelen llevar en Semana Santa el incensario de esta Cofradía), aunque en los últimos metros se animaron a llevar la Virgen las ediles Joana Raquel Veloso y Belén Barco.
El ímpetu a la hora de levantar a la Virgen tras cada parada provocó algún que otro susto producto de alguna peligrosa inclinación de la imagen, especialmente una en los primeros metros de la Avenida de España, a la que se llegó por las calles San Antón, Canal y la Plazuela de Herradores. Por el carril izquierdo de la citada Avenida se alcanzó la Glorieta del Árbol Gordo, en la que hubo la habitual parada en la que se pidió (se rezó un Padrenuestro) para que Ciudad Rodrigo mantenga su devoción a la Virgen, por los gobernantes de la ciudad, y por los que ya no están.
Tras esa parada, la comitiva (abierta por el estandarte de la Virgen y controlada por la Policía Local) continuó por la calle Santa Clara para coger de nuevo la calle San Antón y regresar a las puertas del templo, donde esperaban numerosos mirobrigenses que no participaron activamente en la procesión, pero que salieron a contemplarla por varios puntos del trayecto.
Una vez colocada la imagen en unos bancos, se rezó una Salve, antes de iniciarse el ya habitual ofertorio, pasando todos los presentes por delante de la Virgen, para saludarla, hacer un donativo y recibir una estampa, acabándose así por remarcar que “los farinatos cumplen” con la Virgen como recalcó el párroco Tomás Muñoz Porras, quién lanzó varios vivas.
Finalizado el ofertorio, se quiso sacar una foto de los miembros de la Corporación con la Virgen, pero ahí llegó el gran susto de la tarde: a la hora de echarse para atrás los fieles que estaban por allí para hacer hueco a los fotógrafos, una mujer de avanzada edad perdió el equilibrio y se fue al suelo, que golpeó con la cabeza de forma bastante sonora, lo que asustó a todos los presentes.
Rápidamente varios de los presentes (entre ellos sanitarios) se acercaron a atender a la mujer, que no llegó a perder la consciencia, siendo incorporada poco a poco y posteriormente levantada, mientras se dirigía al lugar una ambulancia para atenderla, ya que presentaba una herida en la cabeza, además de preocupar el golpe que se había dado. La mujer acabó por ser evacuada en la ambulancia.
Mientras tanto, la imagen de la Virgen fue introducida de forma discreta en el templo por los costaleros del Silencio, y situada en el lugar donde ha permanecido en los últimos días, en las inmediaciones del altar. Los actos en honor a la Virgen de la Peña se cerrarán de forma definitiva este lunes, con un funeral en memoria de los cofrades difuntos. Será a las 19.15 horas.